La marcha del ser querido y la gestión de la consiguiente frustración ha estado sujeta a la música a lo largo de los siglos. Así, se ha convertido en el pretexto perfecto para algunos grandes compositores a la hora de escribir momentos sublimes del repertorio.
Sinopsis
Tres ejemplos wagnerianos nos sitúan ante del hilo conductor de la despedida: de la aceptación del Rey Marke ante la traición de su sobrino Tristan, la dormición de Brünnhilde como castigo a la deslealtad marital de Wotan hacia Fricka y finalmente el lamento de que Isolde canta ante el cadáver de Tristan: una muerte de amor infinito ante la imposibilidad de consumarlo en la Tierra.
El lamento, como figura lírico-patética que dominó la historia de la ópera, es una queja contra el destino a causa de una adversidad.