Perpetua felicitá es una lectura feminista del concepto del martirio como estética, erotismo e instrumento político, por parte de un colectivo formado por Élise Moreau, Cristina Morales y Elisa Keisanen.Hacia el año 200, en Cartago y en el marco de la persecución contra los cristianos dictaminada por el emperador romano Septimio Severo, una joven de buena familia, Perpetua, fue encarcelada y condenada al igual que su esclava, Felícitas, y otros tres esclavos que se habían convertido al cristianismo junto con su señora. Ellos fueron ejecutados en el circo y a ellas les cortaron la cabeza, según explica la tradición cristiana, que además nos presenta a Felícitas como una esclava subsahariana de piel negra. A partir de esta historia, las integrantes del colectivo de danza y movimiento Iniciativa Sexual Femenina decidieron preguntarse por el martirio y, más concretamente, por su uso y consideración en las sociedades occidentales. ¿Y si el dolor y el sufrimiento del martirio constituyeran una estrategia para poner en valor a unos personajes o para garantizarles una posición más alta en la jerarquía? ¿Por qué el mártir es objeto de admiración y reverencia, mientras que el masoquista o el suicida son condenados? ¿Pueden el martirio o el dolor convertirse en elementos erotizantes? (en la imagen, el martirio de santa Águeda, según Sebastiano del Piombo). Y, aún más, ¿no podríamos hacer una lectura feminista del martirio si consideramos que la madre y esposa ideal en el modelo heteropatriarcal sufre como objeto sexual, en el momento del parto y para mantenerse bella y deseable? Como ya hicieron en su primera pieza, Catalina, estrenada en 2019 (7.º Festival Sâlmon, Antic Teatre), en su propuesta escénica las intérpretes usan lo que denominan “la técnica del pogo”, en alusión a un estilo de baile propio del punk en el cual los implicados chocan mutuamente y se golpean los cuerpos continuamente.
Forman Iniciativa Sexual Femenina Élise Moreau, Cristina Morales y Elisa Keisanen. Se conocieron participando en Danzantes Anarquistas – Anarquistas Danzantes, un laboratorio de danza contemporánea en el Centro Social Autogestionado Can Vies de Barcelona de intenciones feministas, antipatriarcales, libertarias y antiacademicistas, unos valores que siguen defendiendo las integrantes del colectivo. A Catalina, primera creación dedicada a explorar la represión del placer sexual, le siguió Pato – merengue para espéculos vaginales, que celebró, en La Virreina Centre de la Imatge, los cien años de la revista anarcofeminista Mujeres libres.
Hacia el año 200, en Cartago y en el marco de la persecución contra los cristianos dictaminada por el emperador romano Septimio Severo, una joven de buena familia, Perpetua, fue encarcelada y condenada al igual que su esclava, Felícitas, y otros tres esclavos que se habían convertido al cristianismo junto con su señora. Ellos fueron ejecutados en el circo y a ellas les cortaron la cabeza, según explica la tradición cristiana, que además nos presenta a Felícitas como una esclava subsahariana de piel negra. A partir de esta historia, las integrantes del colectivo de danza y movimiento Iniciativa Sexual Femenina decidieron preguntarse por el martirio y, más concretamente, por su uso y consideración en las sociedades occidentales. ¿Y si el dolor y el sufrimiento del martirio constituyeran una estrategia para poner en valor a unos personajes o para garantizarles una posición más alta en la jerarquía? ¿Por qué el mártir es objeto de admiración y reverencia, mientras que el masoquista o el suicida son condenados? ¿Pueden el martirio o el dolor convertirse en elementos erotizantes? (en la imagen, el martirio de santa Águeda, según Sebastiano del Piombo). Y, aún más, ¿no podríamos hacer una lectura feminista del martirio si consideramos que la madre y esposa ideal en el modelo heteropatriarcal sufre como objeto sexual, en el momento del parto y para mantenerse bella y deseable? Como ya hicieron en su primera pieza, Catalina, estrenada en 2019 (7.º Festival Sâlmon, Antic Teatre), en su propuesta escénica las intérpretes usan lo que denominan “la técnica del pogo”, en alusión a un estilo de baile propio del punk en el cual los implicados chocan mutuamente y se golpean los cuerpos continuamente.
Forman Iniciativa Sexual Femenina Élise Moreau, Cristina Morales y Elisa Keisanen. Se conocieron participando en Danzantes Anarquistas – Anarquistas Danzantes, un laboratorio de danza contemporánea en el Centro Social Autogestionado Can Vies de Barcelona de intenciones feministas, antipatriarcales, libertarias y antiacademicistas, unos valores que siguen defendiendo las integrantes del colectivo. A Catalina, primera creación dedicada a explorar la represión del placer sexual, le siguió Pato – merengue para espéculos vaginales, que celebró, en La Virreina Centre de la Imatge, los cien años de la revista anarcofeminista Mujeres libres.