No somos de llegar tarde, pero cuando vas con niños todo se vuelve imprevisible y lo que era una tarde tranquila se convirtió en una tarde de prisas después de que mi hija de dos años se pillara la mano con una puerta. Dicho esto, la primera impresión cuando entramos cuando ya pasaban 5 minutos del espectáculo fue espectacular. Después de habernos descalzado, tras la cortina negra se abrió un mundo de luces y música en directo que te transportaba a un ambiente onírico y misterioso. El escenario era un rectángulo en el suelo donde, a los pies de los bailarines y los músicos se proyectaban figuras geométricas cambiantes. Alrededor de este rectángulo estaba el público, los más pequeños en […]