Afanador juega con el ritmo enlazando escenas basadas en la composición visual. Es como asistir a diapositivas en blanco y negro que adquieren vida. La iluminación de Bernat Jansà, la escenografía de Max Glaenzel, Mambo decorados y May Servicios y la composición musical de Juan Cristóbal Saavedra se combinan de forma magistral. La guinda del pastel es la dirección de Marcos Morau que compone, distribuye y contribuye a dar un significado propio con los cuerpos de bailarines que se desdibujan por el espacio. El vestuario de Silvia Delagneau, Iñaki Cobos y Gallardo es magnífico y aporta surrealidad a estas escenas que provocan una especie de trance. El mejor espectáculo de danza que jamás he visto. Debería tener un lugar permanente […]