Por Rubén Garcia / @RuGarciaE
Victòria es una actriz carismática y querida sobre todo por toda una generación nacida en los 80 que, aún hoy, la conocen por su breve paso por el Club Super 3. Es una mujer curiosa y con muchas ganas de emprender nuevo proyectos. Es dobladora, actriz de cine (Cerca de tu casa o Íngrid) y de televisión (Merlí, Nit i dia, Ventdelplà o Oh! Europa) pero sobre todo es una de las actrices de teatro con una de las carreras más consolidadas y constantes de los escenarios . Hizo sus primeros pasos como actriz en la escuela, se aficionó en el Centre Moral i Cultural del Poblenou, donde formaba parte del grupo de teatro Abalot, y poco a poco y sin haberlo planteado se vio inmersa en el mundo de la interpretación.
Victòria Pagès: Nunca jamás se me pasó por la cabeza ser actriz ni ir al Institut del Teatre, de hecho estudié la carrera de Historia y acabé trabajando a la Generalitat, en una revista del Departament d’Ensenyament. Pero poco a poco me fui poniendo, conocí a personas como Àngels Gonyalons o Ricard Reguant y fui haciendo castings … Hice sustituta de la Mercè Pons en la obra ‘El Knack’, protagonizada también por Carles Sabater y Pere Ponce, y este fue mi primer papel como profesional. Me vi inmersa de rebote en el mundo teatral.
Teatro Barcelona: Hasta que llegó la televisión.
Justo en ese momento en TV3 buscaban gente joven para hacer un nuevo programa infantil. Yo no podía ir, estaba trabajando, pero Carles Sabater me animó y al final me cogieron. Hablé con mi jefe de la Generalitat para explicar lo que me había pasado y ya no volví nunca más … (ríe). El programa se llamaba Matraca NO!, el presentábamos junto con el Marco Martínez y Jaume Piqué.
Fue un trampolín para los proyectos posteriores.
La gente me conocía más y empecé en otros proyectos, muchos de ellos teatrales, fueron surgiendo, una cosa me llevaba a otra …
Hablando de esta época televisiva … Hay toda una generación de personas que aún ven en ti personajes míticos como la Nets del Club Super 3 o Meritxell en Oh! Europa. Que aprendiste de tu paso por todos estos programas?
Para mí la televisión fue clave. Si no hubiera tenido un trabajo de un año en TV3 no hubiera dejado mi anterior trabajo. La tele me dio un gran empuje. En el Super 3 sólo estuve un año, parece que mucho más ¿verdad? Pero, no. Allí aprendí que la memoria infantil es indestructible, está grabada a fuego (ríe) aún hoy me encuentro a gente, que en ese momento eran niñas y niños, que me reconocen como la Nets. Ei! y me encanta y me hace mucha ilusión. En el Super 3 trabajábamos de una manera muy artesanal con el chroma verde, me hacían hablar con un Son Goku imaginario. Me acostumbré a interactuar con personajes que no existían y gracias a esta habilidad me cogieron los Dagoll Dagom para hacer Oh! Europa. Meritxell era una guía que hablaba con grupo de turistas que evidentemente no existían. Allí me di cuenta de que todo sirve: de jovencita aprendí que todo sirve y que de todo se aprende, que todo es cuestión de trabajar y que todo suma.
Trabajaste con Dagoll Dagom en Oh! Europa pero con ellos también hiciste un musical Te odio, amor mío.
Exacto, pero lo que poca gente recuerda es que mi primer musical fue Snoopy, el musical de Ricard Reguant. Yo no soy una actriz especializada en musicales pero el Joan Lluís Bozzo me ofreció este papel. Disfruté mucho de esta experiencia y, incluso, hicimos gira por España. Tenía un personaje muy bonito y aprendí mucho de compañeros como el coreógrafo Ramón Ollé, Pep Antón-Muñoz, Nina, la gran Montse Pérez …
Recuerdas algún personaje que te haya marcado especialmente?
Más que un personaje que me haya marcado tiendo a recordar personajes que me han ayudado a dar pasos importantes en mi carrera. Por ejemplo: aprendí mucho con Escenes d’una execució en el TNC con la dirección de Ramón Simó y junto a Anna Lizaran y Ramón Madaula, a la Compañía del Romea de Calixto Bieito aprendí a actuar visceralmente y sin prejuicios y Joan Ollé me enseñó el valor de la palabra y del significado. Vivir todo esto ha sido maravilloso. No tengo ninguna familia teatral, siempre he ido trabajando allí donde me han dado oportunidades. He podido ir trabajando con gente muy diferente y que me han pedido cosas muy diferentes, gracias a las cuales he aprendido mucho. Creo que, en esta profesión, hay que ser muy generoso con los personajes y, a menudo, hay papeles que no son principales pero están llenos de matices y puedes extraer muchas cosas positivas.
Hablando de personajes: a menudo nos encontramos que hay muchos para mujeres jóvenes y para mujeres mayores, pero qué pasa con los personajes femeninos de mediana edad?
Anna Lizaran me dijo hace muchos años: «Niña, a partir de los 50 eres transparente y ya no te vuelven a llamar más hasta que no tienes 60». Y ahora veo que sí, así es (ríe), Annita tenía razón. Realmente es uno de los dramas de esta profesión. La Whoopi Goldberg decía: «Sólo hay tres personajes a hacer en el mundo artístico para las mujeres: la Julieta, la mujer follable y después ya viene Paseando a Miss Daisy y entre estas dos últimas sólo existe la Fiscal del Distrito», es decir, las mujeres amargadas y con carácter … Siempre confío en que las nuevas generaciones terminen escribiendo cosas diferentes.
Seguramente un sector teatral con una mirada más feminista nos puede ayudar a ser más optimistas.
Si, pero es que yo creo que el feminismo llega hasta donde llega. Valoro el fuerte movimiento feminista encabezado por la juventud, pero será difícil. Creo que es un problema que no sólo afecta al género, es una cuestión de las personas que aglutinan el poder.
Apenas ahora empiezan a cambiar las cosas …
Si, pero hay mucho camino por recorrer. En este sentido creo que es imprescindible dar oportunidades a nuevas profesionales y necesitamos la complicidad de todos para hacerlo. Yo y mis compañeros con los que hemos hecho Incògnit, en el Teatre Lliure, hemos confiado con una joven directora, Mónica Bofill, y nos ha costado mucho hacerla visible por ejemplo en los medios de comunicación. Se pide la presencia de mujeres pero luego cuesta hacernos visibles, hay que dejar de poner el foco siempre en los mismos. Hasta que una mujer directora no tiene un éxito, no se le hace caso. Es complicado que mujeres jóvenes lleguen a dirigir y a estrenar y, una vez lo han conseguido, es complicado que se les haga caso. Nos queda mucho por avanzar y las instituciones públicas tienen mucho que decir con el tema de las cuotas, es la única manera de normalizarlo y de contar con mujeres creadoras. Necesitamos creadoras y necesitamos que puedan equivocarse, que puedan tener nuevas oportunidades para demostrar que valen. Esto, en general, no ocurre con directores y actores y parece que en el mundo femenino hay que hacer siempre diana. Yo odio mucho cuando me dicen: «Es que las actrices catalanas sois muy buenas» y yo contesto «es que no tenemos alternativa». El mundo teatral está lleno de tópicos machistas que debemos afrontar cada día.
Sin embargo, y pese todo el trabajo que nos queda por hacer , esta es la profesión que te gusta.
Es una profesión muy bonita pero la verdad es que te han de ir muy bien las cosas. Si las cosas te van regular, ya has sacrificado mucho más de lo que te ha aportado la profesión. Es un oficio que exige tanto, que das tanto de ti mismo, que si tienes una recompensa, has podido trabajar y tener papeles interesante y el balance de todo es positivo, vale mucho la pena. Pero este balance no siempre es positivo. Hay actrices y actores que han sacrificado tanto por este trabajo que no lo pueden dejar y esto genera muchas frustraciones. Yo me siento muy afortunada y me doy por satisfecha que, con la edad que tengo, la profesión me ha devuelto muchas cosas positivas. Para mí el sacrificio ha valido la pena.
Tú has luchado para que así sea …
Si, pero a veces a pesar de luchar puedes pasar una mala época, que no te contraten … La profesión teatral es muy inestable y por eso me buscar también otras salidas que me aporta más estabilidad como el doblaje.
A raíz de una lesión en la pierna te aventurarse a descubrir nuevas profesionales del teatro a menudo no tan visibles, como ser ayudante de dirección.
Sí, fue un momento complicado. Estuve poco más de un año lesionada y me di cuenta de que se pueden hacer más cosas. Pau Roca, con la obra Bull, me dio la oportunidad. Descubrí todo lo que implica dirigir, la dura de trabajo de los ayudantes de dirección y aprendí mucho.
Hace muy poco que has terminado tu último proyecto en el Teatre Lliure, Incògnit, del que ha nacido una nueva familia teatral que tú has impulsado: la Compañía InCògnita.
Yo tengo muchas inquietudes, leo mucho teatro en diferentes idiomas. Acabé descubriendo el texto de Incògnit y me entusiasmó. El tema de la obra, las enfermedades y el cerebro, es un tema que me interesa y me siento muy vinculada emocionalmente. Hablé con Jordi Llordella y Oriol Guinart y les propuse hacer esta obra. Nos animamos. Producir es muy complicado y, pasados 4 años de trabajo, lo hemos podido sacar adelante. Teníamos muy claro que queríamos hacer un proyecto sólido, que no fuera precario, y hacer una buena producción y eso implica encontrar complicidades con personas que estén dispuestas a arriesgarse y apostar por tu proyecto. Sería muy interesante que los teatros públicos hicieran, aún más, de escaparate de los trabajos de las nuevas compañías.
Habrá continuidad?
Si nuestra idea es continuar y hacer más cosas. Tenemos un texto muy interesante que podría ver la luz pronto y esperamos poder anunciarlo en poco tiempo.
Hemos empezado hablando de tu pasado, hemos pasado por el presente y acabamos el futuro: cómo te ves dentro de 10 años?
Me veo aquí, como ahora. A veces me sorprendo pensando que todavía tengo trabajo, pero yo soy así con ganas de salir adelante. La experiencia que he vivido con Incògnit me ha hecho ver que tenemos que ser más valientes que nunca, sobre todo las mujeres, hay poder revertir la situación y llegar donde hasta ahora no nos han dejado.
Gran actriu! Des de l’any 91 molt pendent de tot el que fa. Com diu a l’entrevista, jo sí recordo Snoopy (I ara qué hi veus, Edgar Allan Poe, Quan tens un amic, …) i la vaig veure i seguir tant com vaig poder. La seva Lucy era tan fantàstica com l’original. Tan de bo no hagués perdut la gravació d’àudio que tant vaig escoltar. Fins a Berga vaig anar a veure’ls. I a partir daquí, obres i obres on sempre trobes que la Victòria connecta amb tu. I no, no la conec.