La Biblioteca de Cataluña acoge, durante sólo cuatro días, el cuento visual y creativo de Guillem Albà, Ojal. Una pieza delicada que fusiona luces, marionetas, música y sombras estrenada en la Fira Tàrrega de 2012 que ha girado por Cataluña y el extranjero, llegando hasta China.
Guillem Albà se asocia con espectáculos alocados y explosivos llenos de ritmo y alegría, pero este actor y payaso hijo de titiriteros también tiene un registro más poético, como ya dejó ver en algunos momentos de su Garbuix en el Ateneu de Nou Barris. Su espectáculo más íntimo -hasta ahora- es Trau, este cuento con «partes de payaso, técnicas de títeres, sombras y teatro de objetos» que se convierte en una «historia de sonrisas» más que de humor.
Basada en una etapa personal del propio Albà, la obra es una creación colectiva con su familia, el Blai Rodríguez (que lo acompaña en el escenario y en la producción) y los técnicos de su compañía. Este proceso «artesanal, hecho a fuego lento durante nueve meses», incluye también la composición musical de Anna Roig y Pau Albà, que acompañan a un espectáculo que tiene poco texto y muchos juegos de luces, de gestos, recursos teatrales y sonidos.
Siguiendo la estela de este Trau, Guillem Albà ha estrenado Pluja en el Temporada Alta. En este caso se ha aliado con la pianista Clara Peya para crear un espectáculo que busca la proximidad del público y las emociones que se podrá ver también en el Auditori el mes de noviembre.
