Río de Janeiro junto a casa, sí. Pero no el folclórico, el tropicalista, el de postal, sino la representación que de una sociedad plural, dinámica, contradictoria, hacen dos creadoras singulares. Nos visitan Marcela Levi y Lucia Russo, el alma de las Produçoes Improvável a las que el Mercado de las Flores dedica una constelación ese mes de febrero. Sus anteriores fructíferas visitas a Barcelona han germinado en ese intensivo para adentrarse un poco más en su mundo desbordante y único.
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Marcela Levi y Lucia Russo (Produçoes Improvável)
Ellas son una encarnación extrema, nada diplomática, de una ciudad y de un país que sólo con su nombre se remite al verde de la selva, al azul oceánico, al multicolor carnaval, al amarillo de la sangre derramada, o al negro de la esclavitud. Inalcanzable, convulso, festivo. Lleno de referencias, algunas míticas, llamarlo ya de por sí evoca mundos enteros. Pocas oportunidades se nos presentan de conocer de cerca a artistas contemporáneos de esas latitudes, razón poderosa número uno para acercarse al Mercado. La segunda razón sería conocer la osadía de un colectivo que rompe con forma y concepto.
De las tres propuestas que acoge el Mercat estos días, a c h ãO | grrRoUNd (1 y 2 de febrero) Levi y Russo toman como base el trémolo -término musical que describe la fluctuación en la intensidad de un sonido, también conocido como el sonido de la duda-, junto con la disonancia para mover los siete performers. La música funciona como conector, como trampolín hacia las emociones; la danza como juego visual, expresión de cuerpos que sienten, incontenibles en su polimorfia. Con los movimientos, a veces distantes del mapa sonoro que les rodea, es como si los bailarines temblaran en una cascada de sorpresas sensoriales. Y es que la música nos hace sentir y mover, haciendo saltar por el aire las limitaciones. Las creadoras dicen de su pieza que es fragmentaria e incompleta, una invitación a que cada uno la contemple con su propia imaginación. Con la propuesta estimulan una tensión para que funcione como vínculo estimulante. Invitan a la inestabilidad, a la inquietud, a la brecha más que al placer contemplativo.
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‘c h ãO | grrRoUNd’ de Produçoes Improvável
Os Mutantes, Gal Costa, Caetano Veloso, Gilberto Gil…, las citas musicales brasileñas se combinan con las voces de Tina Turner, Nina Simone, Beyoncé o Sany Pitbull, y con el sonido típico de los tapones del claqué, en una mixtura de canciones populares que atraviesan a los bailarines en una prenda diferente, tan improbable como magnética. Un piano en el centro, alguien que le toca y seis intérpretes que intervienen el espacio rítmica o arrítmicamente, según, dejándose llevar por las fluctuaciones, la suspensión o los sonidos de tambores, fuegos artificiales o letras de amor.
Bailar para transformar
Recrear la tensión y la distensión del cuerpo como metáfora de la sociedad en la que viven y crean, éste es el hueso de la pieza. Porque el sello del florecido creatividad del colectivo, de su atrevido trazo creativo no deja de estar al servicio de las metáforas que como creadoras les sirven para hablar de lo que las rodea. ‘Todo lo que está fuera de nosotros está en nuestro interior’ repiten, parafraseando al activista indígena Ailton Krenak.
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‘3 contra 2’ de Produçoes Improvável
Desde Río, la brasileña Levi, y Argentina, Russo, se unieron en el 2010 bajo una especie de mantra, ‘mover es un acto de posibilidad de transformación’, desarrollando un trabajo artístico y político a la vez.
Marcela Levi descubrió la danza a los 16 años, pero desde el primer día que pisó un estudio se le abrió la caja de la imaginación, lo que para una adolescente tímida fue cómo pulsar un botón hacia la creatividad. Trabajó nueve años con Lia Rodrigues, colaboró con Vera Montero (ambas han visitado los escenarios de Cataluña con frecuencia) hasta que finalmente encontró el espacio donde hacer volar sus ideas.
Russo, que se formó en teatro primero y alcanzó la mayor danza, considera que el encuentro con Levi fue primordial. El nombre de su asociación, en la que la formación y la experimentación son vitales, se debe a “la improbabilidad de que la danza de investigación suceda en Río”, afirman.
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‘Fuera de cuadro’ de Produçoes Improvável
Originales y atrevidas, han creado una docena de piezas juntas en las que los bailarines se muerden en una especie de ritual caníbal donde gravita el deseo (Mordedores), se mueven en un suelo peludo, no liso, por (pensando en Lepecki) comprobar si la danza puede ‘tartamudear’ (Natureza Monstruosa), o se valen del sonido de la tecnobrega caribeña para montar una pieza ritualista (Boca de ferro).
Cuando la danza es energía y el cuerpo que baila expresa los movimientos, se genera espectáculo, junto con la música se crea un éxtasis, llega el sudor, el ritmo, las imágenes cinéticas provocan en la persona que mira una sinergia, estímulos que puede reventar y convertirse en una conexión brutal con los que se mueven.
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