La actriz Mercè Sampietro y el músico Eduard Iniesta llevan durante cinco días la poesía de Joan Vinyoli (1914- 1984) a Sala Muntaner con la obra «La pequeña casa de mí mismo». Un viaje a través de la vida y la obra del poeta, con imágenes de Juan Millares y el asesoramiento del biógrafo del poeta, Pep Solà.
Vinyoli es uno de los Top 10 de la poesía catalana, un mago de las palabras, un artista a la altura de Mozart, Beethoven o Gauguin, dice Eduard Iniesta. El músico y compositor barcelonés es un entusiasta de la figura del poeta, “te enamora, es tan generoso con su poesía que no puedes parar de leerlo”, dice. Fue él quién acercó la figura de Vinyoli a Mercè Sampietro y con quien ahora comparte pasión. “Es difícil de conectar, al principio, pero cuanto más lo lees más claro lo ves y más mundos se te abren, es muy emocionante”, explica la actriz.
El espectáculo, que dura poco más de una hora, está formado por una treintena de poemas que quieren jugar, junto con la música e imágenes de fondo, con las diferentes texturas que conforman la obra del poeta: la naturaleza, el amor, la soledad, el recuerdo o el sexo. “Con la Mercè cobra una vida que no había encontrado nunca, le da capacidad de entendimiento y transmisión. No te das cuenta que lo que estás sintiendo es en verso”, dice Iniesta. Actriz y músico ya se habían encontrado en otros espectáculos como «Sensualidades» o «9 maletas» y tienen una gran complicidad. “Nos integramos muy bien el uno con el otro y el espectáculo ha salido muy fluido, dicen.
Un espectáculo que será un recorrido por la infancia y la madurez del poeta, para terminar con los poemas que hacen referencia a la muerte. “He intentado que la música no desvirtúe los poemas y sobre todo, luchar contra la evidencia”, explica el compositor, que no ha querido poner la música que el espectador se espera al oír un poema de amor, o de soledad, sino darle un punto de “salsa agridulce” con una música muy directa y penetrante.
El mundo de Vinyoli en imágenes
Vinyoli nació en Barcelona el 1914, pero pronto se trasladó a Sant Joan Despí y también estuvo muy vinculado en Santa Coloma de Farners, donde veraneaba y conoció Salvador Espriu. Algunos de estos paisajes acompañarán el recital de la mano de Juan Villares, que se ha encargado de las imágenes y del espacio escénico. Todas las imágenes están tratadas con efecto de ojo de buey, “como si se estuviera inspeccionando la vida íntima que Vinyoli tanto explica a sus poemas”, para ayudar a conectar con la personalidad, explica Iniesta. También habrá retratos del poeta y algunas de las cartas que se escribía con su hermana y el poeta Miquel Martí i Pol, facilitadas por el biógrafo de Vinyoli, Pep Solà, que también ha asesorado Iniesta y Sampietro en el espectáculo, para que se reflejen todas las temáticas que el poeta explora a lo largo de su obra.
Un poeta sin padrinos y carácter difícil
Este año se conmemora el centenario del nacimiento del autor con el Año Vinyoli, pero a menudo la obra del poeta no ha sido suficientemente difundida. No tenía formación académica ni se relacionaba con la élite cultural del momento, “nació sin padrinos”, dice Iniesta. Y esto, sumado a un carácter complicado y la falta de sentido político, son los motivos por los cuales a pesar de ser uno de los “grandes, grandes, grandísimos” poetas del país, explica Sampietro, no ha tenido la repercusión de otros poetas y escritores.
(Texto: Mercè Rubià)
