Las artes escénicas contemporáneas abren la mirada y la escucha hacia las mujeres. No somos conscientes de cómo el hombre ha dominado al sector. No sólo en el ámbito profesional, sino sobre todo en la representación. La mujer rara vez ha sido descrita como una persona apoderada, sin estar ligada a la figura masculina. El hombre ha sido analizado de forma poliédrica. A la mujer aún le faltan unas cuantas caras por descubrir. Y sobre todo otras por borrar. Por eso figuras como Queralt Riera (Parets del Vallès, 1978) son básicas para impulsar la dramaturgia del Yo enfocada a la mujer, y así construir la identidad poliédrica contemporánea contrastándola con la mirada histórica. Riera pone la intelectualidad al servicio del feminismo, transmite una sabiduría y unos conocimientos que deja en todos los textos que escribe. Son constantes sus referencias explícitas o implícitas en el teatro clásico, dialoga con él y lo utiliza para dar una visión de la mujer más realista y combativa. El estilo con el que se siente más cómoda a la hora de contar sus historias es el postdramatismo. Es decir, desnudando la historia de una conexión física y cronológica entre las partes, situándola en un espacio neutro, donde con la palabra, el ritmo, la construcción de las escenas acaba configurando una historia que no tiene por qué respetar la linealidad. Y, sin embargo, las historias de Riera son un puñetazo en el estómago, donde las emociones llegan y alteran todo aquel espectador que se entregue a su literatura.
Queralt Riera
Si uno analiza la carrera de Queralt Riera, puede sorprenderse, ya que es una mujer que tardó en formarse, pero que rápidamente empezó a ser un nombre recurrente en las pequeñas salas de Barcelona. Su proyección vino acompañada de más de un premio. Hay que decir que ya llevaba varios años vinculada al mundo del teatro, tanto como actriz como docente. Fundó su propia escuela de actores para cine y teatro, el Art Actors, y la dirigió hasta el 2013. Precisamente ese año se matriculó en la Escuela Superior de Arte Dramático Eòlia para sacarse el título de graduada en Dirección Escénica y Dramaturgia. Antes de terminar el grado recibió su primer reconocimiento y no uno cualquiera: fue finalista del Premi Born de Teatre 2017 con la obra Dona. También ganó el Premi Octubre de Teatre Pere Capellades por L’amor (no és per a mi, va dir Medea), se convirtió en Autor Express 2018 de la SGAE por la obra Aquí, el Premi Adrià Gual 2019 por Pruna, ganó una Beca Carme Monturiol e incluso ha sido finalista de los Premios Quim Masó tres veces (2018, 2020 y 2022). Por ahora, ya lleva nueve estrenos en la cartelera catalana y tres en Madrid, donde apostaron por ella antes de que terminara el grado.
‘Pruna’, en cartel en el Centro de las Artes Libres
Durante los meses de octubre y noviembre en el Centro de las Artes Libres, se pudo ver a Dona, la última producción de Les Antonietes, que ponía imagen y movimiento a la historia de tres mujeres que atestiguan los abusos del patriarcado. Pero no será la única obra que Riera presentará en esa sala. A finales de febrero, Magda Puyo dirigirá un nuevo texto de la paretana, Jo Porn, tu porno, una obra donde pone la pornografía en primer plano, una reflexión en torno al placer sexual y la sumisión. Encadenará después con una reposición de otra obra que hará tres años que se estrenó en el mismo espacio, Pruna. Ésta es una preciosa historia que gira en torno a la pederastia que cuenta con dos actrices, Laura Calvet y Annabel Castán, y una figura totémica, un títere que aporta una nueva capa de dramatismo. El Ciclo Queralt Riera, esta Trilogia del Cos, es sin duda una buena oportunidad para adentrarse en el universo posdramático y poético de la paretana.
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