Bluf son «problemas de blancos», insatisfacción crónica, felicidad mediocre y la sensación de que la generación de los jóvenes de los 80 es la que más está sufriendo de la historia. Pero también humor, violencia y rabia bajo el filtro irónico de La Calòrica que, a través de un cruce de historias inspiradas en el universo de las novelas gráficas, pasa del realismo intimista a la comedia negra.
«La realidad, contada tal como es, es absolutamente incomprensible. Hay que poner elementos de realismo mágico, distanciamiento, que sirvan como motor de búsqueda y comprensión», dice el dramaturgo y calórico Joan Yago. Por ello, en su historia, hay un señor abeja -el señor Serra- que dirige una multinacional; Laia, una niña de 9 años con problemas para elegir helado; o Pony y la Conxi, dos moteras cansadas de hacer atracos. En total quince personajes interpretados por cinco actores con un mismo conflicto: la insatisfacción.
«Es una obra muy mágica que habla de la gente que rodeamos la treintena», dice Yago. «Esta edad en que no sabes si casarte y tener hijos o irte de viaje a la India» añade con ironía el director del espectáculo, Israel Solà. «En cualquier elección te ves obligado a renunciar a alguna vida». Y de eso habla la obra, de las grandes cuestiones occidentales: quiénes somos, dónde vamos y dónde llegaremos, pero pasadas por el filtro gamberro de La Calòrica. Es decir, «hablar de cosas trascendentales sin ponerse pedante», sumando la búsqueda de un nuevo lenguaje. Y es que cada espectáculo de la compañía bebe de fuentes, influencias diferentes «para encontrar un lenguaje propio, ver desde donde podemos hablar de nuestra generación teatral», dice Solà. En este caso, las novelas gráficas de maestros del género que van de Daniel Clowes a Chris Ware.
Este compendio de historias cruzadas sobre personajes que deciden cambiar de vida y salir a buscar la felicidad les valió el Premi Quim Masó 2014 y la tercera oportunidad de ser el Festival Grec, donde ya habían estrenado L’editto bulgaro (que se podrá ver en agosto y septiembre en El Maldà) y La nau dels bojos, repuesta en La Seca esta temporada.
Texto: Mercè Rubià