Del 23 al 27 de julio, el Teatre Condal acoge Forever, el nuevo espectáculo de Kulunka Teatro dentro del Festival Grec. Tras el éxito internacional de André y Dorine y Solitudes, la compañía vasca regresa con su particular lenguaje: teatro de máscaras y sin palabras. Forever retrata a la familia contemporánea y sus contradicciones con una estética cercana al cine, utilizando humor y una emotividad conmovedora.
La obra nos introduce en la vida de una pareja y su hijo, y cómo el paso del tiempo, las expectativas frustradas y la falta de comunicación pueden convertir el amor en una prisión silenciosa. Maternidad, paternidad, discapacidad y educación son algunos de los temas centrales de esta pieza, construida sobre una plataforma giratoria. “Es un carrusel, la rueda de la vida, pero también una espiral que, a medida que gira, profundiza en el dolor de los protagonistas”, explica José Dault, fundador e intérprete de la compañía. Y lo más inquietante: Forever podría ser la historia de cualquiera de nosotros.
Dault describe con pasión el proceso de creación colectiva que dio forma al espectáculo: “Para hacer teatro de máscaras debemos hablar mucho. Es paradójico, pero pasamos mucho tiempo verbalizando lo que queremos contar y cómo nos emociona. Esto nos permite ser precisos en el gesto y transmitir sin palabras”. Para Dault, el rigor y la autoexigencia son pilares fundamentales de su trabajo: “Nos ponemos constantemente en duda. Es agotador, pero también es la forma de llegar a algo que realmente nos llene”.
Esta nueva propuesta, nacida del deseo de continuar explorando el microcosmos familiar, presenta una versión rejuvenecida de sus personajes habituales: “Ahora somos padres, tenemos hijos. Esto nos atraviesa y alimenta nuestro universo creativo”, señala el actor. La dirección de Iñaki Rikarte y la música original de Luis Miguel Cobo juegan un papel fundamental: “La música nos sitúa emocionalmente. Nos acompaña como una brújula sensorial”, afirma Dault. La combinación de este universo sonoro con el movimiento constante de la escenografía crea una experiencia casi cinematográfica: “El giro de la plataforma genera una sensación de plano secuencia, como si estuviéramos viendo una película en vivo”.
A pesar de la crudeza de los temas que trata, Forever no renuncia a la esperanza ni a la ternura: “Creo que siempre hay una opción, una rendija para hacer las cosas de otra manera”, dice Dault, y añade: “La máscara abre un canal a las emociones libre de ruido. Permite que el espectador proyecte, imagine, cree. Por eso muchos creen que las máscaras se expresan, que lloran… Pero en realidad son ellos quienes ponen las palabras. Y eso es magia”.
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