El Día Mundial del Teatro 2024 se celebrará el miércoles 27 de marzo. Este año el mensaje oficial corre a cargo del dramaturgo noruego Jon Fosse.
Uno de los actos más importantes de la celebración es la circulación de Mensaje del Día Mundial del Teatro, donde figuras de renombre son invitadas a compartir sus pensamientos sobre el teatro y la cultura de paz, y que este año ha corrido cargo del dramaturgo Jon Fosse , que hace un alegato a favor de la paz a través del arte.En este texto que se leerá en los teatros de todo el mundo, el artista ganador del Premio Nobel de Literatura en 2023 se impregna del contexto internacional belicista para levantar la voz y poner en valor el papel del arte como una herramienta capaz de fomentar la paz y la empatía entre personas y naciones.
En Barcelona el manifiesto de Fosse será leído por el actor Oriol Genís durante una celebración que tendrá lugar el mismo día a partir de las 17h en la Plaza del Sol de Gràcia. Acto seguido, también se leerá el manifiesto propio de la AADPC, redactado por la actriz Maria Fontana, quien aportará una mirada optimista y reivindicativa sobre las artes escénicas catalanas. Puedes leerlos clicando aquí.
Manifiesto Internacional del Día Mundial del Teatro 2024
Cada persona es única y, al mismo tiempo, como todas las demás. La apariencia, puede verse, es cierto, pero también hay algo dentro de cada persona que le pertenece, que la hace única. Podemos llamarlo alma o espíritu, o bien, podríamos no poner palabras, simplemente dejar que esté ahí.
Al tiempo que somos diferentes, también somos iguales. Las personas de todo el mundo somos fundamentalmente iguales, sin importar qué lengua hablamos, qué color de piel o pelo tengamos.
Quizás esto es una especie de paradoja: que somos completamente iguales y diferentes a la vez. Quizás una persona sea paradójica en su conexión entre el cuerpo y el espíritu, entre lo terrenal y tangible y lo que trasciende los límites materiales y terrenales.
El arte, el buen arte, consigue a su manera y de forma fabulosa reunir lo absolutamente único con lo universal. Nos permite entender la diferencia entre lo extraño y lo universal. Al hacerlo, el arte trasciende las fronteras de los lenguajes y los límites geográficos. Reúne no sólo las cualidades individuales, sino también las características de un grupo de personas, por ejemplo, las naciones.
El arte no se expresa provocando que todo sea igual; por el contrario, nos muestra nuestras diferencias, lo ajeno o extraño. Todo buen arte contiene precisamente esto: algo extraño, algo que no podemos comprender completamente y que, sin embargo, entendemos de cierto modo. Contiene lo enigmático, algo que nos fascina y por tanto nos lleva más allá de nuestros límites y así crea la trascendencia que todo arte debe contener ya la que conducirnos.
No se me ocurre una mejor manera de unir los opuestos. Es exactamente el enfoque inverso al de los conflictos violentos que vemos a menudo en el mundo, que alimentan la tentación destructiva de aniquilar todo lo extraño, todo lo único y diferente, comúnmente utilizando los inventos más inhumanos que la tecnología ha puesto a nuestra disposición. Hay terrorismo en ese mundo. Hay guerra, ya que la gente tiene un lado animal que le lleva a ver lo extraño como una amenaza a su propia existencia, en lugar de ver el fascinante enigma que esto representa.
Y entonces lo único, lo diferente que es universalmente comprensible, desaparece. Dejando atrás un parecido colectivo donde todo lo diferente es una amenaza que debe ser erradicada. Lo que vemos desde fuera, se ve como desigualdad; por ejemplo, las religiones o ideologías políticas se convierten en algo que debe ser derrotado y destruido.
La guerra es la batalla contra lo que yace en lo más profundo de cada uno de nosotros: el único. Y es una batalla contra todo arte, contra la esencia más íntima de todo arte.
He hablado del arte en general, no del arte teatral en particular, esto es porque todo buen arte, en el fondo, gira alrededor del mismo: tomar lo singular y específico para hacerlo universal. Articula en su expresión artística lo único con lo universal: no eliminando lo singular, sino enfatizándolo; dejando que lo extraño y lo desconocido brille claramente.
Es tan simple como que la guerra y el arte son opuestos, que la guerra y la paz son opuestos. El arte es paz.
Jon Fosse