ENTREVISTA

Joan Pera: "Necesito ser yo mismo en un escenario"

Rubén Garcia Espelta

Joan Pera, nacido en Mataró en septiembre de 1948, es uno de los actores más queridos de los escenarios catalanes. Don JoanLa extraña pareja, La jaula de la locas, No et vesteixis per sopar, Matar al presidente, El joc dels idiotes o La doble vida d’en John son sólo algunos de los éxitos que visten su larga trayectoria teatral. Vinculado también al mundo del cine, como actor y doblador de personalidades como Woody Allen o Rowan Atkison, en 2105 recibió la Cruz de Sant Jordi por su dilatada trayectoria. Su legado artístico va más allá: su hijo Roger Pera es también habitual del doblaje y en los escenarios i en diferentes ocasiones lo ha compartido con su padre.

Joan Pera

Teatro Barcelona: Cómo es Joan Pera como padre. Cómo eres fuera del escenario?

Joan Pera: Soy igual (ríe). Seguramente mi familia te dirán que en casa soy un poco padre, pero yo me considero un poco igual: exigente, más bien alegre, nada dramatizador y procurando buscar soluciones a los problemas. En cambio, en el escenario siempre tengo la tendencia a hacer feliz a la gente que me viene a ver y a veces lo hago en exceso y me regañan …

Quién te regaña?

Sobre todo los directores que dicen que me acerco demasiado a la gente. Pero esta idea de contentar a la gente y hacerles la vida más agradable la he tenido siempre. En casa me pasa un poco lo mismo pero con el añadido de que son 6 hijos con 6 modos diferentes de ver el mundo … Roger sólo es uno de ellos. Creo que soy bastante igual en casa que en el escenario. De hecho si no puedo hacer de yo, no me interesa el proyecto.

Por lo tanto, sobre el escenario sólo hay verdad …

Exacto. Necesito ser yo mismo en un escenario. A veces me he encontrado con textos rebuscados, de autores que no mencionaré, con un lenguaje que no entiende y que nada tiene que ver con nuestro día a día y pienso que esto aleja a los espectadores.

«Yo soy feliz en el escenario, me encuentro muy bien y no tengo dificultades»

¿Cómo descubriste tu vocación por el teatro?

Creo que siempre he ido fluyendo hacia aquí: con 4 o 5 años en la escuela ya me hacían salir y decir cosas, siempre estaba encima de un escenario. Mi madre era una mujer culta, literaria, le gustaba mucho el teatro pero fueron las dos tías, grandes actrices de mi pueblo, las que me marcaron: una de ellas, la tía Lolita, era una gran actriz pero desgraciadamente murió con sólo 30 años; la otra también era muy buena actriz y era abuela de otro gran actor, Albert Triola. De alguna manera supongo que algo me vendrá de familia.

El escenario se ha convertido en tu segunda casa.

Yo era y soy feliz en el escenario, me encuentro muy bien y no tengo dificultades. A veces me vergüenza decirlo, pero para mí es tan fácil que cuando veo a alguien a quien le cuesta me sabe un poco mal… Eh! No soy perfecto y tengo defectos como todo el mundo. Pero para que me entiendas, recuerdo que cuando era pequeño me decían ‘dilo de aquella forma en que lo dices tú …’, y creo que esta naturalidad nunca la he perdido.

Joan Pera y Roger Pera en el estudio de doblaje

Como fueron tus inicios profesionales?

Tuve la suerte de empezar a hacer teatro en el Romea, eran tiempos complicados, y después, por suerte, vino la televisión y pude empezar a ganar bien la vida combinándolo con el doblaje o el cine. Siempre me ha venido todo muy fluido pero es cierto que alguna vez me he topado con algún momento delicado donde he pensado en dejarlo todo, pero nunca ha llegado a pasar y siempre he salido adelante.

Que queda hoy en día de aquel Joan Pera los inicios?

Queda todo. Yo todavía soy aquel chico que salió a escena, feliz de interpretar aquel primer papel. Hace muchos años que trabajo sobre los escenarios pero nunca he perdido la ilusión. Recuerdo los versos que me hacían decir con 5 años, como el de La Reina Isabel, o los que me enseñaba la madre. He hecho muchas cosas y si las he hecho, es porque ya soy mayor. Mientras pueda hacer lo que me gusta yo iré haciendo.

Comentabas que, a lo largo de tu vida, has hecho muchas cosas pero una de las que no llegaste a hacer nunca es ejercer como abogado, de hecho estudiaste derecho y magisterio. ¿Cómo sería tu vida si las cosas hubieran ido hacia aquí?

(ríe) Seguramente estaría ‘en el juicio’ …

Ah sí?

Sí! Lo que pasa es que yo creo que los acabaría convenciendo. Los actores sabemos mucho de convencer. Creo que sería un buen abogado.

Estudié derecho porque había el TEC (Teatro Español Universitario), allí empecé a interpretar textos de Lorca… Pero pronto vi que aquello no era lo mio y empecé a hacer magisterio. La idea era poder terminarlo pronto y dedicarme al teatro. Combinaba la formación de maestro con el Institut del Teatre: había de ganarme la vida y llevar dinero a casa pero a mí, realmente, lo que me motivaba más no era el tema económico, era hacer lo que me gustaba: teatro .

Has elegido los proyectos más por interés que no por dinero?

Sí, y aún hoy me pasa. Nunca pregunto cuando cobraré. He escogido los proyectos por su interés y también he confiado en que sus impulsores me acabarian pagando lo que merece mi trabajo (y, a veces, no ha pasado). Alguna vez me han insistido y me han hecho ofertas para hacer proyectos que no me apetecía hacer y, alguna vez, lo he acabado haciendo porque la otra persona lo necesitaba pero nunca por interés del dinero que vaya a cobrar.

Joan Pera en la primera emisión pública de TV3

Antes comentábamos que una parte de tu carrera también passa por la televisión, fue una gran plataforma.

Sí, de hecho fui uno de los primeros en salir a la televisión con sólo 15 años. Éramos muy pocos los que salíamos y la gente nos tenía mucha simpatía. Hice algunas series en La 2 y en TV3 pero siempre he preferido el teatro. Creo que soy más popular por mi trabajo en el teatro que por la televisión y eso hoy en día no pasa.

«No soporto que los espectadores se aburran: el teatro debe ser una fiesta, dramática si hace falta, pero debe llegar a la gente»

Y, justamente, en esta etapa fue donde conociste a uno de tus grandes maestros: a Capri.

Yo a Capri, antes de conocerlo, ya lo admiraba mucho. Era aquel actor que cuando era pequeño venía a la fiesta mayor y siempre iba a verlo con mis padres. Era muy cercano al público y reíamos mucho con él. Me gustaba mucho y, de hecho, durante un año hice de Capri en el teatro. Me gustaba mucho su manera de hacer. Soy muy observador y cuando empecé a trabajar con él me quise esforzar para descubrir que era lo que tenía y que tanto gustaba a la gente. Descubrí que él nunca contaba un chiste y que su secreto era la manera de decir las cosas y de expresarse. Con esta manera de hacer llegaba mucho a la gente y esta proximidad es la que yo siempre he buscado. No soporto que los espectadores se aburran: el teatro debe ser una fiesta, dramática si quieres, pero debe llegar a la gente. El actor no tiene que hacer simplemente la función, el actor debe transmitir lo que quiere expresar a la persona que se sienta en la platea. No basta sólo con decir. Este ‘traspasar’ es muy importante y si lo que expresas llega el público, este conecta y se activa. Hay una frase que me gusta mucho que dice: ‘La única verdad del mundo es aquella que está dicha con amor, aunque sea mentira’.

Joan Pera y Paco Morán

Otra persona muy importante en tu trayectoria fue el Paco Morán.

Tenía un gran dominio de la escena. Juntos podíamos hacer lo que quisiéramos en el escenario. Él iba mucho a lo suyo, el público lo quería mucho y yo también recibí parte de este amor. Era un hombre con carácter, también detrás del escenario, pero el premio era tan grande … era una gran suerte poder trabajar a su lado.

Vivisteis muchas cosas con Paco …

Hubiera tenido que escribir un libro (ríe). Conocía muy bien al público. Una vez una señora que estaba en primera fila nos dijo: ‘Pareu, que em pixo…’ y él contestó a su manera ‘Que quiere decir con me pixo?, la gente no podía parar de reír. Él era un cómico serio, un señor andaluz, y no soportaba que nadie lo viera reír. Salíamos a escena y interpretábamos nuestro papel pero cada día improvisábamos, nunca pactábamos nada de lo que diríamos… y las funciones alargaban …

Que te queda por hacer Joan?

Nunca sé que decir. Yo quiero hacer la función que siempre guste a la gente y cuanto más humano sea el personaje mejor. Creo que tengo un público muy transversal, de edad y de manera de pensar, y me gustaría hacer esa obra maestra que guste todos sin ofender a nadie. Es difícil, pero hay que intentarlo. Lo que no quiero dejar de hacer es dejar de aprender.

«El gran humorista es quien tiene un personaje real detrás»

Has despertado muchas sonrisas a lo largo de tu trayectoria y, como dices, tú: hacer reír es un gran arte.

Lo es, pero hay que buscarle la historia. Una vez el Flotats vino a verme y me dijo: ‘eres el cómico más poético que he visto nunca’. Poner en la risa este punto de poesía o de humanidad es el verdadero arte. El gran humor, y esto no lo digo sólo yo, es aquel que tiene un personaje real detrás. Tú puedes hacer reír con un chiste, pero si lo que te cuentan le ha pasado a alguien con quien puedes empatizar, es cuando realmente lo haces verdad y es se convierte en un arte. Este es el arte que me interesa.

Y con toda la que está cayendo, nos queda humor para reír de las cosas?

Necesitamos reír, pero necesitamos mucho arte. Lo que pasa es muy sencillo y, a veces, las personas nos complicamos demasiado la vida. Woody Allen dice que el humor es tragedia más tiempo. Por lo tanto, se han de ver las cosas con perspectiva y, a veces, lo más sencillo es lo que mejor funciona. Aquí se ha complicado mucho la historia y, a menudo, intencionadamente por los intereses políticos (los hay buenos, pero también de malos). Y yo, como muy bien dice Charlotte: ‘Siempre estoy a favor de la gente, no lo puedo evitar’.

Puedes ver a Joan Pera en:

Escrito por
Rubén Garcia Espelta TWITTER

Periodista y gestor cultural. Responsable de contenidos editoriales de TeatreBarcelona.com. Ha trabajo en medios como Catalunya Ràdio, El Periódico de Catalunya, La Xarxa, Ràdio 4 o Rac1.

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