'Invisible': la ciencia ficción pasada por el filtro del teatro musical.

Redacció

Tras Sugar y Generació de Merda, el Eixample Teatre vuelve a programar un musical de medio formato, pero esta vez con un tono muy diferente. A partir del 7 de marzo llega Invisible, un espectáculo que nos habla de la soledad y de los recuerdos; aproximando al público a una propuesta escénica diferente y metafórica que bebe de la ciencia ficción. Una temática que aleja a este musical de la comedia, subgénero más común para este tipo de formato.

Para esta propuesta, el productor de ‘Invisible’, Toni Luque, se ha hecho con un equipo de alto standing: Lucía Torres, Paula Berenguer y Adrián Rodríguez protagonizan la obra a las órdenes Alícia Serrat, contando con Silvia Navarro y Ernest Fuster como ideólogos tanto del guión como de la música y letra de las canciones.

‘Invisible’ nos presenta a unos personajes en estado de vulnerabilidad, en el momento en el que han decidido deshacerse de los recuerdos que les hacen desdichados: Alex (Lucía Torres), es una estrella del rock tan cansada de los artificios que la rodean que quiere desaparecer, que la gente la olvide y olvidarse de quién es, para volver a la autenticidad; y Noah (Adrián Rodríguez), es un joven millonario que arrastra un trauma de la infancia, y lleva una vida vacía de sentido, aunque esté llena de dinero. Las historias de ambos se cruzan al entrar en WhiteInk, la corporación que ha prometido ayudarles a dejar atrás su vida anterior mediante un complejo proceso de borrado de memoria. En este peculiar viaje tendrán como guía a Sasha (Paula Berenguer), la idealista doctora de WhiteInk, una adicta al trabajo, apasionada por ayudar a la gente a desintoxicarse de sus recuerdos más dolorosos, y vivir la vida que siempre han querido.

Los tres actores coinciden en que el proceso de preparación de los personajes del musical ha sido muy enriquecedor y diferente al de otros espectáculos de este género. Para Lucía Torres, ‘Invisible’ es casi como una obra de texto; una creación con una gran exigencia emocional a nivel actoral. Adrián Rodríguez, que viene del mundo de la televisión, afirma que el protagonista del musical es el tema, -la soledad-; y que todos, el equipo y la música, giran en torno al mismo. Por su parte, Paula Berenguer, destaca que a nivel actoral, el musical es una aventura, ya que este tipo de teatro normalmente no te da la oportunidad de crear un personaje desde ti mismo.

Sin duda, la temática del musical es lo que más le distingue de otros montajes del género. Así lo ve también Alícia Serrat, la directora, quien tuvo claro desde el principio que quería implicarse en el proyecto: «Soy una persona con mala memoria, me preocupa qué recordaré de mi vida cuando sea más mayor. Por eso me enamoré del musical. Normalmente los musicales tratan temas mucho más ligeros, de comedia. Sin embargo aquí es tan profundo, tiene tantas capas…».

La mayor responsable de esta particularidad de la obra es la dramaturga Sílvia Navarro, que por primera vez asume el reto de hacer las letras para un musical. Fue ella quien puso sobre la mesa la idea de darle un toque de ciencia ficción al proyecto: «Invisible parte de una capa de ciencia ficción para tapar los temas principales y profundos que trata: la soledad, la falta de felicidad, los recuerdos… A través de unos personajes con una complejidad muy seria, en realidad es una historia muy humana, de carne y hueso.»

Para quien también es su primera vez es para Ernest Fuster, a quien estamos más acostumbrados a ver como actor de musicales. Esta vez se atreve, gracias a la oportunidad que le ha dado Toni Luque, con la composición de la música. Una partitura que según nos explica: «Al ser una historia de ciencia ficción, principalmente tiene canciones de género pop-rock, con influencia de las tendencias actuales de Broadway y del West End.”

Con un halo de misterio sobre cómo se desarrollará el argumento y sobre el formato escénico, -del que sus creadores no han querido desvelar mucho, más allá de que será una metáfora de los recuerdos-, ‘Invisible’ el musical se podrá ver del 7 de marzo al 16 de abril en el Eixample Teatre.

Texto y fotos: Eirene Ramos

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