Actrices y actores, músicos, dramaturgos, amigos y admiradores de los musicales se han reunido para felicitar a la compañía catalana.
Bajo el cielo del crepúsculo, la explanada del Pabellón Mies Van Der Rohe se ha llenado hasta los topes con sonrisas, reencuentros y ambiente de gala para acoger una gran fiesta del teatro catalán. Un público emocionado aplaudía espontáneamente el discurso de los presentadores Pep Cruz y Montse Guallar, que nos recordaban como Dagoll Dagom comenzó como una pequeña compañía de teatro independiente que trataba de pasar la censura franquista, en 1974.
Los tres fundadores, Joan Lluís Bozzo, Anna Rosa Cisquella y Miquel Periel sorprendían los presentes metidos en el papel de corredores de running que, tras dar la bienvenida a los presentes, rompían la calma de las aguas del pabellón tirándose dentro y salpicando al alrededor.
Dos temas de Flor de nit iniciaban las actuaciones, con el maestro Albert Guinovart al piano, Deu de Veu acompañaban a Muntsa Rius interpretando Ciutat d’Ivori; y Beth cantaba la canción que da nombre al musical.
La velada confirmaba que los catalanes hemos hecho muy nuestros todas las producciones de Dagoll Dagom, y el humor que nos caracteriza no podía ir desligado. Ferran Ranyé, Teresa Vallicrosa y Pep Molina, seguidos de este último con Juan Lluís Bozzo y de Isabel Soriano, con Ana San Martín y otra vez Muntsa Rius, daban un toque cómico a sus interpretaciones de temas de El Mikado y Flor de nit.
Queia la nit i la Nina i el seu Cada cop que em dius adéu, el Cacao de l’Elena Gadel i els Núvols de sang del Roger Pera omplien l’escenari.
En el acto no hacían falta presentadores, y los intérpretes se daban paso con discursos de admiración hacia los Dagoms y nostalgia. Joan Olivé, acompañado de Laia Piró y Anna Briansó nos traía La Coca, con Marc Garcia al piano, y Gisela lideraba el Mai ningú està sol de Boscos endins, mientras Alfonso Villalonga restaba seriedad a la noche con La pantomima de l’amor.
Carme Sansa y Júlia Möller eran dos Alomas que revivían el personaje de Mercè Rodoreda interpretando un Por un poco de ternura lleno de nostalgia, seguidas de una Marta Marco que recuperaba las sonrisas con la Mitja Bufa, en el papel de llevar una «bufa» entera, y de un aclamado Jaume Sisa y su Antaviana.
La noche llegaba a su punto álgido con el musical más querido por todos: Mar i Cel, y el Perquè he plorat? cantado por sus dos primeras voces, Àngels Gonyalons y Carlos Gramaje, con una complicidad palpable.
El público emocionado recibía la gran noticia: los nuevos Blanca y Saïd que este septiembre volverán a traernos a los escenarios esta historia de piratas y cristianos, Ana San Martín y Roger Berruezo, que se presentaban con el No estás sola.
Los tres de Dagoll Dagom -ahora sí, vestidos para la celebración-reivindicaban como no encuentran nada menos el pasado, aunque haberlo revivido todos juntos, sino que se sienten jóvenes y llenos de fuerza hacia el futuro, bromeando con una invitación a los presentes a reencontrarse a los 100 años -«eso sí, en los Hogares Mundet».
Con esta filosofía de mirar hacia el futuro, cerraban el acto el joven reparto de A cop de rock.
Y la fiesta seguía en la Font Màgica de Montjuïc, donde el agua vestida de luz bailaba al ritmo de los temas que, grandes y pequeños, cantaban.
Texto y fotografias: Neus Riba