La Sala Atrium recupera el espectáculo La volta al món en 80 ties, un monólogo que combina texto, música en vivo, danza y vídeo y que vuelve a la cartelera del 16 de diciembre al 10 de enero.
A través del teatro documental y la adaptación de temas musicales de diferentes épocas y estilos, la actriz Georgina Llauradó dirigida por Joan Codina llevan a escena esta personal, divulgativa, emocionante y divertida conferencia-concierto.
Desde la viajera pionera Egeria (siglo IV d. C.) hasta la premio Nobel Rigoberta Menchú; pasando por Hatsepsut, la primera mujer-faraón de Egipto, o Hedy Lamarr, actriz de Hollywood e inventora, precursora de la teconologia WIFI y Bluetooth; por esta pieza teatral pasan 80 mujeres que han hecho historia todo, acompañado con versiones musicales de Cindy Lauper, Madonna o Beyoncé, piezas de Clara Schumann o incluso de Paquita la del Barrio.
La volta al món en 80 ties es una obra coescrita por Joan Codina, que asume también la dirección, y por Georgina Llauradó, quien a la vez la protagoniza. En escena, la acompaña en directo al piano Cristina Martínez, directora musical del espectáculo. La propuesta ganó el IV Premi Born de Residència Creativa d’Arts Escèniques que otorga el Cercle Artístic de Ciutadella (Menorca).
Los creadores han querido huir de la idea de mostrar a estas mujeres como si fuera un inventario, y ofrecen un montaje dinámico y constantemente cambiante con la intención de sorprender al público que tendrá un papel participativo.
Georgina Llauradó y Joan Codina han querido hablar de “tías” y no mujeres porque quieren hablar de ellas de tú a tú. Entenderlas desde la sororidad y la empatía y dar valor a lo que han hecho pero también humanizarlas y hacer patente que aunque hayan vivido en épocas y contextos históricos diferentes de los de ahora, sus triunfos también son los nuestros.
La compañía explica así la elección de las 80 mujeres que forman parte del espectáculo: ‘Ha sido un camino doloroso, tener que descartar “tías” con historias impresionantes y legados muy interesantes no ha sido nada fácil. Hemos preferido optar por hacer un espectáculo más comprimido y que pueda despertar curiosidad y ganas de saber más que no saturar al espectador con biografías, datos y nombres.’