Por Carles Armengol / @carlesarmengol3
El mes de abril de 2017 el dramaturgo estadounidense Lucas Hnath estrenó en Broadway una segunda parte de Casa de muñecas, de Henrik Ibsen. En aquella versión, protagonizada por Laurie Metcalf y Chris Cooper, Nora volvía a casa después de veinte años y hacía tambalear los cementos que ya había movido con su partida. Ahora el texto llega al Teatre Romea de la mano de Sílvia Munt, que considera que “el autor hace un trabajo excelente y te deja clavado en la silla explicando cuatro relatos diferentes, cuatro relatos que todavía son vigentes hoy en día”. Las historias son las de la mujer liberada (Nora), de la que todavía no se ha podido liberar (Anne Marie, la nodriza), del marido (Torvald) y de la hija (Emmy).
Para esta aventura, Munt se ha rodeado de unos actores que conoce muy bien y con los que ya ha coincidido en otras ocasiones. “Con Emma (Vilarassau) ya hemos trabajado juntas y tenemos ganas de seguirlo haciendo; nos entendemos muy bien”, comenta la directora. También opina lo mismo de Ramon Madaula y de Isabel Rocatti, con la que había coincidido hace años en proyectos de cine. La actriz con la que menos ha trabajado es Júlia Truyol, que hasta hace poco tiempo formaba parte de La Kompanyia del Lliure. “Es una actriz a la que admiro profundamente y que forma parte de estas generaciones que darán mucho de que hablar”, opina Munt.
Directora consolidada
El público catalán conoce a Sílvia Munt desde siempre, principalmente como actriz, puesto que se metió en las casas de todo el mundo con La plaça del diamant para saltar después al nuevo cine español de los ochenta (Pares y nones, Akelarre, Sal gorda) y más adelante a algunos de los clásicos de los noventa (Alas de mariposa o Secretos del corazón). Pero en el 1998 estreno su primer cortometraje como directora y ya no ha parado. Ha alternado la dirección de cine (documental y ficción), con la de televisión y teatro. En los escenarios debutó con Surabaya, en 2005, y más adelante se responsabilizó de la dirección de Una comèdia espanyola, Dubte o El preu, que también se vio en un festival Grec y que consiguió muy buenas críticas. En los últimos tiempos le hemos visto Les noies de Mossbank Road, La resposta (nominada a la mejor dirección en los premios Max) y la reciente Dogville.
Después de veinte años poniéndose al frente de varios proyectos, la directora considera que el papel de la mujer en este campo y en otros de más responsabilidad ha ido mejorando… pero “muy despacio.” “Creo y confío en que de aquí a cinco años saldrá toda una generación de directoras. […] Será un hecho generacional que ya vendrá dado, aunque con mucho esfuerzo por el propio cambio en la sociedad”, opina Munt.
