En la última carta entre Albert Camus (1913-1960) y María Casares (1922-1996), fechada el miércoles 30 de diciembre de 1959, el autor francés proponía a su querida cena juntos el próximo martes, cuando él ya hubiera vuelto a París desde el sur de Francia. «Digamos que en principio», añade a la carta, «En función del azar de la vida». Cinco días más tarde, Camus moría en un accidente de coche, conducido por su editor Michel Gallimard. Sin embargo, en febrero de 1950, Camus había prometido a Casares que llegaría un momento en el que juntos podrían ser “ligeros, alegres y verídicos”. Pero esta promesa no se acabaría cumpliendo nunca del todo y permanecería para siempre suspendida en las listas de confesiones y anhelos de la escritura íntima y personal.
Ambas cartas citadas (tituladas 30 décembre 1959 y 26 février 1950) dan cuenta de la intensidad y de la imposibilidad de su historia de amor, así como de la “verdad” que hay en las líneas de su voluminosa correspondencia, iniciada tras conocerse en una lectura de una pieza de Picasso en 1944. Tejida con ternura, sensualidad y un rico intercambio literario y artístico, la relación entre Camus y Casares recorre uno de los caminos que los amores no estipulados y relativamente al margen de las convenciones familiares y sociales pueden emprender, y se sitúa en medio de la historia contemporánea de Europa, poniendo de relieve todas sus complejidades y matices. Él, un “francés no de Francia”, por decirlo con Jacques Derrida (Le Monolinguisme de l’autre), ya que nació en Argelia colonial de principios del siglo XX. Ella, francesa de adopción, pero con los orígenes muy claros y traumáticos, republicana española que tuvo que exiliarse por culpa de la victoria franquista al final de la Guerra Civil en 1939.
Estos dos ejes que atraviesan la vida conjunta de Camus y Casares, el personal-amoroso y políticohistórico, son los dos ejes que articulan la nueva pieza del director Mario Gas, Casares – Camus: una història d’amor, creada a partir de las cartas que ambos personajes se enviaron entre 1944 y 1959, y que se estrenará el 2 de enero de 2024 en el Teatre Lliure de Gràcia. Con un reparto de cabecera de nuestra escena, Jordi Boixaderas y Rosa Renom, las dos celebridades intelectuales y públicas de la Francia de mediados del siglo pasado cobrarán vida por dar a conocer al público catalán cómo las vicisitudes del amor siempre van de lado con las vicisitudes de la Historia.
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