'Best of you': La danza saca lo mejor de ti

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Redactor: Jordi Sora / @escenadememoria

Seis años haciendo bolos con un mismo espectáculo no es una cosa que pueda decir cualquiera. La Intrusa Danza ha llevado por todas partes Best of you y cerrará su periplo en el SAT Teatre el 21 y 22 de diciembre. Emoción pura que Virginia Garcia y Damián Muñoz quieren compartir aquí con otros dos bailarines: Agnès Sales y Héctor Plaza. Con la voluntad de crear una nueva experiencia de la obra; ahora que se volverá a representar en la ciudad, el lugar donde se estrenó.

Best of you retrata el montón de tensiones que se generan en los pequeños instantes y que intentamos (a veces sin sentido) aligerar de la mejor manera: son los acuerdos violentos que suenan entre la música en directo y los intérpretes. Los que resultan de la fricción surgida del contacto humano. Las consecuencias de una vida compartida. Un vaivén de fuerzas opuestas, en un eterno recomenzar, tal como sucede en la cotidianidad: presiones y relajaciones, desplazamientos y acercamientos, fortaleza y suavidad, explosiones y nimiedades, lejanía y reconciliaciones. Todo bailado con la elegancia de la Intrusa Danza: con la madurez que da saberse generadores de un bagaje coreográfico denso y profundo.

Para la ocasión, han querido hacer algunos cambios en la pieza, tanto a escala artística, como integrando a las nuevas generaciones de la compañía. En el ámbito narrativo, se incorpora un flashback, donde los nuevos invitados entran en escena, con la intención de mirar frente a frente el pasado de ficción. Ofrecen así la posibilidad de ver, recordar y reconocer de qué manera empezó todo. Los orígenes singulares que hicieron posible la creación, como también la conciencia del tiempo que han pasado juntos. Siempre en busca de la tensión justa que permita mantener el equilibrio entre ellos dos; también con los nuevos bailarines y con la composición musical y la del movimiento.

Cuerpos entregados a una percusión de gestos intensos y siempre en contacto el uno con el otro, a veces desde una cierta violencia, otras veces dibujando sensibles dúos. Siempre creando la partitura de aquello que de verdad interesa en el juego a dos (o a tres, o a cuatro…): los afectos.

La danza saca lo mejor de todos ellos, porque es espacio compartido. Partitura sensible, repetitiva, de todo aquello que genera vivir. Si tuvisteis la oportunidad de verla en su día, seguro que os sorprenderá el añadido argumental y la intervención de los dos nuevos bailarines; si no conocéis todavía el trabajo de La Intrusa Danza, os maravillarà la capacidad de introspección y la exaltación de los sentimientos que son capaces de generar a través del lenguaje corporal.

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