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Àngels Gonyalons: "No he perdido ni la ilusión, ni las ganas de aprender"

Un repaso por la vida y la trayectoria de uno de los grandes nombres del teatro musical catalán

Rubén Garcia Espelta

Àngels Gonyalons. Imagen: Marc Mampel

Àngels Gonyalons nació en Barcelona en 1963. Hija de profesores, es la mayor de tres hermanas y creció entre libros, exámenes y correcciones, lo que no le despertó la pasión por estudiar memorizando, pero sí de entender e interpretar el porqué del mundo que lo rodeaba.

«Descubrí el teatro musical a través de los ciclos musicales de Fred Astaire y Ginger Rogers que hacían por la televisión», pero en el teatro se quedó fascinada con Granja animal en el Teatro Romea en 1976: «Me llevaron a ver esta obra de George Orwell con música de Joan Vives, protagonizado por Joan Baptista Humet y Carme Sansa, y me enamoró». Aunque durante el franquismo y la transición el mundo artístico no gozaba de reconocimiento y buena fama, los padres del Àngels le apoyaron para que pudiera empezar a formarse junto a Esteve Polls, el primero en darle «la gran primera oportunidad, totalmente desinteresada».

Y así fue como descubrió su vocación, actuar: «Lo que quería hacer realmente era actuar: estar encima de un escenario y comunicarme a la gente». En 1980, con sólo 17 años la Àngels comenzó a hacer teatro en el Centro Parroquial del Roser del Fort Pienc, donde conoció uno de sus grandes compañero de aventuras, y pareja durante muchos años, Ricard Reguant: «Con él descubrí Chéjov, Brecht, Arthur Miller, Williams o Shepard y, juntos, emprendimos la aventura de hacer musicales, sin saber y decidimos hacer Torna-la a tocar, Sam«. Paralelamente comenzó a trabajar junto a reconocidos artistas como Carles Lloret y Joan Guasch y con la compañía de Paco Morán «y con una gran dama del teatro, Irene Gutiérrez Cava«.

«Un día hice una prueba con Dagoll Dagom para sustituir a Teresa Vallicrosa en El Mikado. No me cogieron por este papel pero si para protagonizar La tienda de los horrores, con Pep Antón Muñoz«. Pocos tiempo después, en 1988, encarnó a Blanca al musical Mar i Cel: «No era consciente de la repercusión y éxito que tendría y estoy muy contenta de lo que hice pero no me gusta mitificar: yo hacía un personaje como cualquier otro … yo sólo quería hacer teatro y hacerlo bien».

Con el célebre barco pirata llegaron otros grandes éxitos como Estan tocant la nostra cançó (1990), Memory (1991), Tots dos – junto al cantante de Sau, Carles Sabater-, Germans de sang (1993) o Àngels ( 1995).

‘Soy una actriz que, además, canta y baila’

‘Soy una actriz que, además, canta y baila’, esta frase de la actriz estadounidense Glenn Close es una de sus frases preferidas. Siguiendo esta premisa Àngels Gonyalons y Ricard Reguant crearon, en 1994, la Escuela Memory: «Yo llegué a los musicales por casualidad, no sabía hacer nada. Aprendí de oído y por eso decidimos ofrecer una formación orientada a profesionales: para enseñar a un bailarín a defenderse con la palabra y enseñar a los actores cantar «. Durante estos 25 años de historia por la escuela han pasado grandes profesionales como Ferran González, Marta Ribera, Carlota Olcina, Jana Gómez, Vicky Luengo o Elena Tarrats, entre muchas otras.

Para el Àngels no existen los actores de teatro musical, existen sólo intérpretes: «Creo que esta diferenciación ha desprestigiado el teatro musical, un género que se ha acabado nutriendo de mucha gente que canta muy bien, pero de pocos actores». Su objetivo es que sus alumnos sean capaces de afrontar un casting que no sea estrictamente de un musical: «Deben ser intérpretes, actores que canten y que bailen, pero sobre todo actores … que sean capaces de comunicarse y construir personajes. No basta con saber cantar bien «. También valora mucho el hecho de saber estar rodeado de buenos profesionales: «Valoro mucho de un director que sepa hacer sus deberes, que tenga criterio y que sepa modelar a los actores como si fuéramos plastilina».

A finales de los 90, Gonyalons se estableció en Madrid donde hizo obras como Chicago (1999), Palabras encadenadas (2000) o Cuando Harry encontro a Sally (2002), un ecosistema teatral muy diferente del de Barcelona: «En Madrid se han establecido grandes multinacionales que han llevado mucho trabajo pero han contribuido a encorsetar a un sector de artistas que, lícitamente, sólo se mueven en las esferas de estos grandes musicales». Cree que esto sólo afecta a un número de actores concreto y confirma el gran talento de otras actrices y actores que no se acomodan: «Muchos musicales de Madrid están protagonizados por actrices y actores catalanes, que se han preocupado por su formación y que destacan por encima de otros «.

Tras su paso por el centro de la península la actriz volvió a Barcelona donde protagonizó espectáculos como Acosta’t (2003), Germana Pau; La infanticida (2009), Un marit ideal (2009), o Persèfone (2011), la última incursión de Comediants en el Teatro Libre. En el año 2014 encarnó la estricta Madre Superiora de Sister Act, junto a la joven Mireia Mambo: «Nos dirigió una gran directora, Carline Brouwer, quien nos dio vía libre para crear nuestros propios personajes. Aprendí mucho ser la segunda de a bordo, me reconcilié conmigo y con mi alma «.

«Somos el resultado del todo lo que nos ha precedido»

Àngels es una persona que busca el equilibrio. Le gusta hablar desde un punto de vista general pero teniendo en cuenta todos los matices, y es esto lo que intenta transmitir a las nuevas generaciones: «A la gente joven se le debe escuchar pero sin menospreciar a los viejos de la tribu, para no caer en los mismos errores. Somos el resultado del todo lo que nos ha precedido «.

Para la actriz la educación es esencial y no sólo la de los profesionales sino también la del público: «Los que nos dedicamos al espectáculo somos un reflejo de la sociedad. El público recibe las historias y los personajes que les proporcionamos. .. así que tenemos una responsabilidad. Venimos de una crisis económica y tal vez la gente se ha acostumbrado a asociar el teatro sólo al ocio y no a la cultura «.

El Àngels Gonyalons sigue incombustible, involucrada en muchos proyectos y con ganas de volver a regalar grandes momentos sobre los escenarios como el montaje Els jocs florals de Canprosa con que el Teatro Nacional de Cataluña inició la temporada desde 2018 hasta 2019; comedias de éxito como la que protagonizó junto a su inseparable compañero Abel Folk, Una teràpia integral; o su última aventura musical junto a Dagoll Dagom, L’alegria que passa.

Àngels Gonyalons en ‘L’alegria que passa’. Imagen: David Ruano

«No he perdido ni la ilusión ni las ganas de aprender», casi 40 años después de iniciar su aventura por los escenarios la Gonyalons sigue manteniendo su esencia: «No lo he perdido, lo he pulido y, seguramente lo he mejorado, como persona he mejorado en madurez y autocontrol; como profesional, supongo que he perdido cosas pero valoro mucho más las que he ganado: como la serenidad».

Esta es la historia de una de las actrices que ha protagonizado algunos de los musicales que forman parte de nuestra memoria colectiva. La de una persona que tiene sus valores y criterios muy claros, una profesional en constante evolución, el reflejo de una persona feliz: «He vivido muchas cosas, pero siento que la vida todavía me quedan muchas oportunidades para aprovechar, por seguir creciendo y para hacer las cosas mejor «.

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Escrito por

Periodista y gestor cultural. Responsable de contenidos editoriales de TeatreBarcelona.com. Ha trabajo en medios como Catalunya Ràdio, El Periódico de Catalunya, La Xarxa, Ràdio 4 o Rac1.

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