Batallas de sentimientos y emociones presentes y pasadas

Viure sota vidre

Viure sota vidre
30/10/2014

La vida no suele ser como uno se lo espera y, mucho menos, como uno se la imagina durante la vida de estudiante, la cual en ese momento parece haber llegado a un clímax que perdurará para siempre. En este sentido, los tres personajes de la obra evidencian un presente mostrado de forma cruda que no les acaba de llenar y un pasado en el que se sienten atrapados y que parece no tener espacio dentro de su presente. De esta forma, una tempestad de sentimientos y emociones no resueltas se dan lugar en cada uno de ellos por separado, los cuales estallan inevitablemente al encontrarse los tres sin saber que hacer con estos y cómo gestionarlos. Tal vez, el pasado no es tan idílico como recuerdan o, tal vez, los sentimientos del pasado ya han caducado o también puede ser que ahora ya sea demasiado tarde para reencontrarse en una vida actual diferente y en la que ha habido una supuesta evolución personal que ha cambiado a la persona. Sin embargo, lo que es seguro es que ese pasado ya no está, como tampoco son aquellas personas que formaron parte de él.

Viure sota vidre es una apuesta sugerente con un ritmo algo irregular, pero que se encuentra bien defendido por sus actores, los cuales empujan con fuerza la obra. Por otra parte, la dirección es bastante acertada, la cual marca una separación física constante entre los personajes, reforzando así la incomunicación presente y ofreciendo al mismo tiempo un cierto dinamismo entre las diferentes reflexiones individuales. Sin embargo, este mismo acierto provoca un gran vacío escénico dentro de un espacio inmenso, frenando de alguna manera el ritmo. Por último, me gustaría destacar la maravillosa escena musical y coreográfica que hay en la parte final de la función, la cual está hecha con mucho acierto y que aporta gran belleza y significado a la representación sin necesidad de utilizar ninguna palabra .

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