Sólo entrar, estamos rodeados de una niebla que nos situará en el lugar de los hechos, Inglaterra. Los espectadores estamos repartidos en tres gradas; en medio tan sólo una gran tarima negro y una banqueta. Un narrador o coro (Pau Carrió), la música en directo de Arnau Vallvé y la imaginación del público harán posible la escenografía de este montaje; una escenografía donde no hay nada, pero donde está todo. Anna Rubiola es la encargada de la coreografía. El momento de la batalla, lo encontramos muy original; las interpretaciones y movimientos que hacen los actores nos recordaron a la angustia que sufre un pez cuando está fuera del agua y lucha hasta el último aliento antes de morir. Realmente es espectacular y de una gran belleza, con un resultado grupal increíble. Brutal!!! El vestuario de Sebastià Brosa y Raquel Bonillo es extraordinario, y nos servirá para identificar ambos bandos; los ingleses con cazadoras de piel y faldas de pliegues y los franceses con gabardinas y pantalones estrechos. Todos los actores han hecho una demostración de interpretación increíble. El momento final, donde todos cantan, me ha gustado muchísimo. Piel de gallina!!! En fin, este montaje contiene una cantidad de detalles, que desde mi punto de vista, lo hacen excepcional e imprescindible.
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