La juventud de los clásicos

Vània

10/02/2014

Eurípides, Shakespeare, Chéjov, Koltés… materiales complejos de trabajar. Tejidos delicados que hay que coser con atención y no son adecuadas para elaborar cualquier tipo de pieza. Autores que han conseguido hacer un uso magistral, a la vez que sutil, del lenguaje. Dramaturgos que han conseguido describir con excelencia las unidades atómicas de la existencia humana: las emociones, las angustias o aquellos impulsos más profundos y contradictorios que hacen de la vida una lucha contra nosotros mismos, nuestro peor enemigo.

Es por eso que hay que ir con cuidado a la hora de resucitar cualquiera de sus textos. Hace falta un trabajo exhaustivo y meditado si queremos revivir sus personajes e insuflar el espectador con sus realidades, pues nacen de lo más profundo de la experiencia humana.

Las Antonietes nos presentan en este montaje una versión de Tío Vània bastante interesante que mantiene la tensión y atención del espectador hasta el último momento. Es cierto que algunas réplicas no acaban de encontrar el tono preciso en alguno de los intérpretes (o no están bastante comprendidas o trabajadas -es la opinión de este humilde espectador) y la propuesta escénica es un poco irregular (existe una mezcla de estilos que despista un poco). La mayoría de los actores, pero, exhiben una técnica precisa y elegante, destacando especialmente el trabajo de Arnau Puig en un doblete de papeles magníficamente resuelto.

Quizás se los podría pedir, atendida la gran dosis de talento y juventud sobre el escenario, de apostar más fuerte y, aprovechando la propuesta ligeramente moderna de su espectáculo ¿por qué no huir algo más del estereotipo chejhoviano a la hora de construir y desarrollar sus personajes?

Hay que seguirlos de cerca para ver qué nos continúan ofreciendo en el futuro.

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