Una casa a l’est nos habla de lo que significaba vivir bajo una dictadura comunista en las décadas de 1970 y 1980, del miedo y la opresión de saber que todo el mundo te mira y te observa, que cualquiera puede ser un delator y ponerte en peligro. Pero también nos explica lo que supuso para estas personas y sus familias acceder a los archivos comunistas años después de la caída del régimen, del daño que puede hacer saber quién dijo qué de cada uno.
Laura Mihon teje con habilidad diferentes historias de esta época y el Col·lectiu La Santa les da vida con ternura, emoción y verdad. Una muy buena propuesta.