La autora consigue que los cuatro personajes interaccionen ante nosotros en el mismo espacio teatral y al mismo tiempo, a pesar que ellos «no se ven físicamente» porque ocupan este espacio (su dormitorio) en momentos diferentes. Escenas muy exitosas teatralmente hablando, como cuando los cuatro personajes se acuestan a la vez… y se desean «buenas noches». Una filigrana, el meter los cuatro personajes en el mismo lugar físico y en momentos teóricamente diferentes, pero que el espectador los ve fusionados. Es quizás lo más sorprendente y acertado de esta propuesta.
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