Bienvenidas todas las obras como ésta que están dirigidas (Bàrbara Mestanza), creadas (Laia Alberch, Judit Colomer, Bàrbara Mestanza y Carla Tovias) e interpretadas (Laia Alberch/Clàudia Melo, Maria Hernández, Georgina Latre, Júlia Molins, Sandra Pujol y Carla Tovias) por mujeres. También son mujeres la directora de movimiento y ayudante de dirección: Carla Tovias, la responsable de la música y espacio sonoro: Clara Aguilar y la de diseño de espacio y luces: Judit Colomer.
Bienvenidas también las obras que hablan de mujeres, las feministas, las que defienden su lugar y luchan por la igualdad. The Mamzelles fue compañía residente de la temporada 2019-20 y esta pieza no se ha podido estrenar hasta ahora por la situación tan especial que todavía estamos viviendo.
Un grupo de mujeres que podrían ser monjas o brujas constituyen una comunidad que ayuda a parir a las mujeres que llegan y las acompaña. Lo que era un lugar de acogida y solidaridad femenina se convierte en un espacio inquietante, misterioso y peligroso. La sangre está presente en todas las escenas ya que la mujer se muestra ligada al sufrimiento y al dolor. A la solidaridad femenina se añaden aspectos como el derecho a escoger sexualidad o el rechazo a la violencia machista. La imagen típica de la masculinidad (liderazgo, fuerza, competitividad) la encarna una mujer.
Nos presentan reflexiones sobre la vida, la muerte, la existencia, la maternidad, la enfermedad, la soledad. Bàrbara Mestanza lo define como teatro-ficción y utiliza referentes audiovisuales de Lars Von Triers.
Hay momentos especialmente remarcables por lo que respecta a recursos teatrales como es la impactante imagen de los cuerpos amontonados al principio de la obra que nos predispone a la muerte o bien el parto colectivo utilizando una coreografía simple pero efectiva y también la presentación de la nieve que transporta a las mujeres al frío, al peligro, al miedo, a la soledad y a la muerte.
Se trata de un proyecto ambicioso, puede que demasiado, que lanza muchas ideas pero las deja inacabadas. Se crea un ambiente apocalíptico que invita a esperar algún desenlace que no llega. He encontrado muchas similitudes con “Lambs of god” de Marele Day. Sin embargo no hace falta crear un final satisfactorio pero he encontrado a faltar recorrido argumental y la utilización del catalán.
En todo caso, vale la pena acercarse y ver un teatro diferente, valiente y arriesgado.