Los tablaos en Barcelona sufren el estigma de los últimos años de masificación turística, donde proliferaron espacios dedicados al flamenco con una vocación de agotar los bolsillos de los turistas con sartén y sangría barata y el flamenco como excusa de todo. Pero la presencia de los locales dedicados al flamenco en la ciudad condal se remonta a dos siglos atrás, y podemos estar orgullosos de ser, junto a Madrid y Sevilla, una de las tres plazas históricamente imprescindibles para este arte.
De todos los tablaos históricos de la ciudad hay alguno con una verdadera solera, al que no debe dejar de ir: el Tablao Flamenco Cordobés. Este emblemático espacio de La Rambla que debe su nombre al torero Manuel Benítez «El Cordobés», fue fundado originariamente por la explosiva combinación entre el empresario de teatro de revista Matías Colsada, propietario de otros teatros como Apolo, junto con el expresidente del Barça, Joan Gaspart. En 1970 traspasó su gestión a una familia de artistas, los Adame, de los que María Rosa Pérez Casares, actual propietaria, es heredera. Decorado al estilo de patio andaluz (con alicatados, fuentes interiores y mesas de madera), mantiene el espíritu originario de los cafés-cantante del siglo XIX y de las casas de vinos de la posguerra: tomar una bebida y una comida, y después un concertazo. Este mítico local forma de forma estable nuevas hornadas de atistas, como han sido Farru, Pastora Galván, Karime Amaya, José Maya, Juan de Juan, Mara Rey o Hiniesta Cortés, entre otros, y acoge en su pequeño escenario, artistas de renombre a espectáculos de alta calidad artística. Miguel Poveda, Rosalía o Camarón de la Isla han cantado en este local que ha impulsado la cantera catalana de artistas de flamenco.
Ir a ver un espectáculo en el Cordobés es, simplemente, mágico. Disfruta de la fuerza y el magnetismo del baile y la música flamenca a pocos metros, y puedes sentir la vibración de este arte ancestral en tu propio cuerpo. Ve con amigos, familia o pareja, tienes la garantía de que disfrutarás al máximo sea cual sea el reparto de artistas porque en el Cordobés sólo tienen los mejores. Un clásico barcelonés imprescindible.