El sol no salió para mí en "Sun"

Sun

Sun
11/07/2014

Correr riesgos e innovar pueden ser consideradas grandes virtudes en el mundo de las artes escénicas, ya que posibilitan poder encontrar nuevas formas de expresión. No obstante, estas no siempre resultan acertadas o, al menos, del gusto de todos. De hecho, esto es lo que me ha sucedido con este espectáculo, ya que desgraciadamente no he podido conectar con él en ningún momento.

Hofesh Shechter nos propone una música estridente e, incluso, para mi gusto molesta. Además, hay un abuso de una iluminación crepuscular que, a pesar de estar técnicamente bien lograda, resulta cansino y afea la acción al estar presente durante casi todo el espectáculo. Un uso menos monótono de esta habría embellecido la aparición de este tipo de luz. Por otra parte, la coreografía brusca e irregular (no de ejecución, sino de movimientos corales queridos), me parece poco atractiva y caótica, ya que a pesar de transmitir lo qué quiere el creador, a mí, personalmente, no me resulta sugerente . Incluso, alguna pieza ancha del vestuario, que vuela al correr el intérprete, provoca unos movimientos que, para mí, resultan feos y sucios. Además, la excesiva utilización de una dramaturgia, con largos monólogos hablados, rompe totalmente el ritmo de la obra. De hecho, los eternos primeros diez minutos en los que los bailarines sólo hacen que entrar y salir corriendo de la escena, una vez tras otra, me parecen totalmente innecesarios, cansinos y fuera de lugar.

A pesar de todo lo dicho, soy consciente de que a otras personas les habrá maravillado el espectáculo, precisamente, por las mismas razones que yo he criticado. Esta es la magia de las artes escénicas y todas las opiniones, siempre que sean razonadas, son igual de válidas. De hecho, el conectar o no con un espectáculo depende de muchos factores, pero el hecho de que esta obra tenga personalidad propia es un aspecto que hay que alabar.

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