Elegí esta obra por varias razones: por el autor (un clásico en la literatura sueca), por ser un texto poco conocido y difícil de llevar a escena, pero principalmente para ver Pep Tosar, actor que admiro muchísimo; desgraciadamente esto no ha sido posible y en su lugar hemos visto un Marco Martínez espléndido y que nos ha sabido transmitir en todo momento la figura tan compleja y contradictoria que era August Strindberg.
Se trata de un texto autobiográfico que Strindberg escribió nueve años antes de morir, es una etapa de su vida muy complicada, una lucha consigo mismo y con su entorno (las mujeres y la sociedad). Strindberg decía que como escritor sólo podía escribir sobre lo que conocía, y lo que conocía más a fondo era él mismo, por lo tanto, él era la materia de sus libros.
El texto ha sido traducido por Carolina Moreno, profesora experta en literatura y lenguas escandinavas, que además ha interpretado el papel de La Mujer, personaje que nos ha servido de hilo conductor durante la obra. En escena, además del protagonista y La Mujer está la presencia de un pianista (David Anguera) tocando la música de Beethoven, uno de los compositores preferidos de Strindberg.
En Pauet Riba ha sido el creador del videoarte y el mapping, un trabajo brutal que da mucho sentido al montaje. Una pantalla donde se ve reflejada tanto la parte exterior como la interior del personaje. Imágenes, todas ellas muy simbólicas, como la de la mujer tejiendo el cordón umbilical, que es el hilo que une los pensamientos de August Strindberg con la realidad de su presente, un viaje desde el espacio interior del alma humana. ¡¡¡Brutal!!!
No sé cómo decir esto y que suene bien…
Aunque el texto es muy bueno, que la interpretación de Marc Martínez es brutal y todo lo demás en su conjunto es para poner una valoración de las más otros, desgraciadamente nosotros no nos transmitió nada e incluso se ‘ns hizo un poco largo y aburrido. Puede ser aún nos queda mucho camino para poder comprender estos tipos de texto y estar a la altura de poder apreciar y valorar como se merecen.