La compañía argentina Banfield Teatro Ensable se fundó en 1996. Capitaneada por el autor y director Nelson Valente, llegaron a tener un importante centro cultural con varias salas para teatro y conciertos en Lomas de Zamora, en el corazón de Buenos Aires, que tuvo que cerrar a finales de 2020. La pandemia acabó con un espacio que había impulsado un histórico de espectáculos de éxito como El loco y la camisa, El declive o Solo llamé para decirte que te amo (todas ellas se han podido ver en Barcelona con la complicidad de La Villarroel y el Teatre Romea, quienes a lo largo de los años han ido tejiendo una bonita relación con la creación porteña), pero no acabó con la compañía, que sigue imprimiendo su sello a nuevas creaciones en todo el mundo. Ahora son los teatros de proximidad, bajo el proyecto On el teatre late y dentro del Festival Grec, quienes recogen el guante de esta relación creativa entre Barcelona y Buenos Aires y presentan la trilogía formada por Silvia, La paella dels jueves y Rovira VS. Rodríguez. Tres piezas independientes, pero interconectadas entre sí, donde descubriremos la historia de dos familias y el motivo que les obligará a estar irremediablemente unidas.
En Silvia, Nelson Valente formula una divertida y sobrecogedora comedia sobre el amor en la madurez y las relaciones familiares con su habitual planteamiento escénico: un comedor de una familia de clase trabajadora, donde escenas banales y cotidianas dejan entrever las relaciones desiguales entre parientes, los vicios adquiridos durante años y las fisuras de unas familias que no quieren ver el abismo que las separa. Valente transita entre escenas hilarantes y la violencia doméstica costumbrista de una forma brillante. Vaso de la carcajada a la estupefacción en cuestión de segundos. El método de trabajo de la compañía, basado en improvisaciones con los actores, que fijan un texto y un tono interpretativo, rema a favor de un montaje de tono naturalista -pero histriónico-, cargado de verdad, con unas fantásticas interpretaciones de Lide Uranga , Julian Ponce Campos, Mayra Homar y Gabriel Beck que ponen los pelos de punta. El cliffhanger final invita a saciar la curiosidad del desenlace con los otros dos montajes. ¿Cuál será la reacción de los Rodríguez ante la noticia bomba de la matriarca? El final abierto estilo «chimpón» es quizás el punto que genera mayor incertidumbre, ya que la comedia estira el planteamiento casi hasta el final, que es a la vez el estallido del conflicto interesante de la familia, y del que no vemos ninguna resolución. Pero es que la vida a menudo es eso, tensiones en aumento que estallan de repente y que abren tantas posibilidades como personas estén involucradas.