Es lo que me ha parecido a mí la obra de la Sala Tallers. Un safari desmesurado pero sin punch, con unos versos tirando a carrinclones y con los actores haciendo mucho el burro, demasiado, a pesar de no ser culpa suya puesto que hay un director. También me ha parecido que de la hora y cuarenta le han sobrado cuarenta minutos. Para mí, lo mejor, la música, la iluminación y la escenografía, por este orden. Es una lástima porque los autores han hecho, porque saben hacer, cosas mucho mejores. Leer más.
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