La canción de la malograda Cecilia acompaña algunos momentos de la obra que Iván F. Mula estrena este año y por primera vez como proyecto profesional, con un texto actual, valiente y rompedor con la compañía No-res.
Dirigida por Montse Rodríguez Clusella la obra explica todas las dudas, inseguridades y miedos de un amor homosexual no reconocido y, como en la canción de Cecilia “así de pequeña soy yo, nada de nadie”, muy bien interpretada por Mireia Sala, el protagonista de nuestra historia se mueve pendiente de los demás y de su interior.
La obra nos muestra una trama externa (lo que ocurre) y una trama interna (el diálogo del personaje consigo mismo) y de este modo hay varias capas que explican desde diferentes ámbitos todo el estruendo de sentimientos obsesivos del protagonista.
Con sólo dos intérpretes, aparecen muchos personajes, la mayoría de los cuales están exquisitamente bien representados por Mireia Sala como contrapunto del primer personaje sin nombre Roger Vilà. Ambos, en una sintonía perfecta y una gran complicidad van elaborando una historia llena de matices, confusiones y un entramado de sentimientos que van apareciendo y huyendo como el personaje principal que huye de sí mismo. Mula juega con el estilo directo y el narrativo lo que le da movimiento y frescura a la obra.
En un espacio pequeño, ambos intérpretes aderezan el texto con movimientos de danza sincronizados y pequeñas coreografías. Pocos elementos escenográficos, un texto profundo y una magnífica interpretación. Todo esto es augurio de larga vida.