Pequeño bombón teatral

Es difícil hacer humor. Es un reto tan grande que puede traspasar fácilmente la frontera hacia la sonrisa forzada o el aburrimiento. Siempre que oigo comentarios como “para pasar un buen rato” en referencia a alguna obra de teatro, pienso que yo no puedo perder el tiempo cuando existen un montón de ofertas teatrales que me pueden ofrecer alguna cosa más que “pasar un rato”. Os aseguro que hoy no he perdido el tiempo y he pasado un muy, muy buen rato.
Irene Hernanz con otras experiencias exitosas en microteatro, experimenta esta vez con las relaciones de pre-pareja y nos muestra en clave de humor toda clase de sentimientos que se manifiestan en un encuentro no-casual. Genís Lama y Anna Cerveró hacen muy creíble la tensión y la incomodidad del momento. Esta pequeña pieza podría enmarcarse como cápsula teatral. Son 40 minutos de una situación cómica en un escenario que ocupa toda la sala.
La ambientación es de discoteca o “bar de alterne” (como se decía antes). Los paraguas rojos colgados del techo para conseguir una luz de sala tenue, la barra de bar, las paredes y sillas rojas nos conducen a un mundo un poco prohibido en el que todo huele a intimidad.
Es preciso destacar el esfuerzo creativo y la originalidad. La obligada pero nada forzada participación del público es una idea que confirma cómo puede llegar el teatro de pequeño formato al espectador.
Vale la pena visitar este lugar: “Quick time” y, tomando una cerveza, podemos encontrar nuestra primera o una nueva pareja.