Priscilla, reina del desierto tiene todo lo que promete al cartel: pelucas, maquillaje, plataformas, colores vivos y mucha fiesta. Con una banda sonora que agrupa muchas canciones de aquellas que levantan cualquier fiesta y un presupuesto que permite cambiar de vestuario a cada escena, Priscilla es un musical que entra, sin duda, por los ojos.
Aunque se echa de menos que la música sea en directo, lo cierto es que todo suena de maravilla y que las tres solistas principales, a pesar de pasar la mayor parte del tiempo colgadas de la boca del escenario, nos regalan unas interpretaciones magníficas.
Una buena opción para una tarde entretenida.