Tres amigas de toda la vida, tan unidas como diferentes (con tics de estereotipo), vinculadas por un compromiso de infancia: deben acudir en cuanto cada una de ellas invoque el derecho a pedir un favor, de aquellos que solo puedes pedir a tus amigos del alma. Ahora una las reclama para que la acompañen a París, donde la espera no el amor sino un donante de esperma. El porqué no va su pareja o tienen que ir en coche no queda claro.
Por el camino (el viaje acostumbra a ser más importante que el destino), además de encontrar un misterio truculento que no atrapa y un coche demasiado inteligente, las vamos conociendo, sus sueños, miedos, secretos y cambios… con mucho humor, simpatía, algún momento íntimo y una puesta en escena con pocos elementos bien aprovechados, a juego con la iluminación.
En resumen: buenas interpretaciones en general, muy buenas voces de Les Cot que se complementan muy bien, con humor, cuidada música en directo y donde falta cierto peso a, para mí, lo más importante: la historia -cierto que es excusa para acompañar a las tres amigas en su camino de decisiones vitales pero se va desdibujando en demasía-.