Sobre las biografías más célebres, sobre las figuras que han pasado a la eternidad y los personajes más tratados en películas y series, pocos datos cronológicos e históricos se pueden ya aportar. De hecho, nuestra cultura está bien empapada de la genialidad y el reconocimiento, pero también la envidia y la ruina en qué vivió Amadeus Mozart. Sin embargo, cuando el qué y el quién han dado ya toda su fruta, llega Papà Mozart para concentrar el néctar del cómo: ¿cómo se sintió el niño prodigio?, ¿cómo vivió estar alejado de sus referentes femeninos?, ¿cómo pudo satisfacer la exigencia de su progenitor sin diluirse en la complacencia? Roger y Joan Pera vienen a darnos respuesta a esos cómos. Los cómos que, quién sabe, quizás empujaron al genio de Salzburgo a escoger una tonalidad mayor o menor en sus sinfonías. Los cómos que, tal vez, le inclinaron hacia un fortíssimo o un staccatto en sus obras. Las obras que, en Papà Mozart, la Orquesta Sinfónica del Vallés junto dos cantantes -soprano y barítono- acompañarán -étapa por étapa, acontecimiento por acontecimiento- el transcurso de los años del compositor. Y es que la música y la vida no pueden más que moverse al unísono, de una sola pieza: uno crea como vive y vive como crea.
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