Miedo en los ojos

P.A.U. (Paisatges als ulls)

P.A.U. (Paisatges als ulls)
14/11/2019

A la obra P.A.U. acrónimo de “paisatges als ulls” (paisajes en los ojos), yo misma le fui cambiando el título por “por als ulls” (miedo en los ojos) hasta el punto de que al llegar al teatro pensé que se habían equivocado. Podrían haber puesto este título porque es el miedo que transmiten estos tres personajes atravesando el Mediterráneo en busca de la tierra prometida.

Con una puesta en escena muy sencilla, Carolina Llacher nos presenta tres vidas diferentes que tienen en común el sueño de vivir en un mundo mejor. Un poco de arena, unas bolsas, ropa, tres sillas y una buena  iluminación (Anna Espunya) dirigida al que habla son suficientes para poner la mirada a la historia que presentan.

Son tres relatos en primera persona y éste es el punto fuerte de la obra. Todas sus experiencias y sentimientos reales están allí para nosotros. Son tres casos afortunados y éste es también el mensaje. La lucha, el esfuerzo, la constancia y también la ayuda de organizaciones, entidades y personas colaboradoras que tiene nuestra sociedad han permitido que los tres: Dabo Malang, Malamine Soly y Yacien Diop puedan explicarlo desde un escenario. Muchos no llegaran nunca.

Josep Maria Barrufet y sus guitarras aportan más realidad a sus vidas. Es una música triste, llena de nostalgia pero potente y esperanzadora a la vez. Muy emotivo también es el pequeño tema que cantan los tres y que hemos supuesto que es una melodía infantil o popular del Senegal.

La obra puede tener varias miradas. La más evidente es la de dar visibilidad a unas personas que se han expuesto a morir por ellos y sus familias. La otra es la frialdad con la que nos lo miramos desde Europa con sus fronteras artificialmente creadas, una Europa en la que sueñan desde que son pequeños.

Otras miradas y sentimientos que inspira son la vergüenza, la culpa, la rabia. A mí lo que más me ha impresionado es la revelación de Dabo al ser preguntado en el coloquio: “No volvería a hacer este viaje”. Y sin expresarlo con palabras me ha recordado el dicho inglés: “The grass is always greener in the other side”. Y una vez llegados al otro lado se convierten en sujetos excluidos por unas leyes migratorias que dejan sin derechos a los que han venido de fuera.

El migrante se siente extranjero allá donde llega y también cuando vuelve. No tiene un lugar para integrarse y así ha ocurrido a lo largo de la historia de la humanidad. Él, que ha sido afortunado, no se siente de ninguna parte.

Con cualquiera de las lecturas, vale la pena vivir junto a ellos esta historia.

 

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