Urbanitas en crisis

Ovelles

Ovelles
14/09/2018

Tiene una cualidad la comedia realista muy valiosa: a través de su aparente ligereza consigue hacer trascender la vida misma sin que, casi, nos damos cuenta. Ovelles es un buen ejemplo de este fenómeno tan interesante de cierto teatro contemporáneo. Un argumento singular como el de tres hermanos urbanitas rondando la treintena que heredan inesperadamente 452 ovejas de un hombre de campo (su tío) es el punto de partida de un viaje fascinante que nunca levanta el tono ni los pies del suelo. La inusual circunstancia de estos personajes les lleva a debatir sobre las ventajas e inconvenientes del campo y la ciudad, haciendo un retrato bastante ácido de tres tipos de jóvenes barceloneses. La gran habilidad de sus autores y directores, Carme Marfà y Yago Alonso, consiste en conducir la conversación hacia un territorio cada vez más profundo sin salirse en ningún momento de un naturalismo fácilmente habitable por el espectador. Utilizando las ovejas como excusa pero sin perderlas nunca de vista es como salen a la luz los recuerdos de la infancia, los problemas laborales, las envidias entre hermanos, los fracasos sentimentales, la homosexualidad, el materialismo o la maternidad construyendo, como si nada, un fidedigno espejo donde reflejar algunas de las preocupaciones más importantes en la sociedad actual. Del trío protagonista, hay que destacar la interpretación de un fantástico Biel Duran que transita la historia con la comodidad de quien se encuentra en el mismísimo comedor de su casa. En definitiva, se trata de una fotografía fiel de un tipo de personas tan normales y estrambóticas como nosotros mismos que sabe mantener el difícil equilibrio entre la cruda verdad y la caricatura amable en la que nunca acaba de caer del todo.

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