Las funciones del teatro son múltiples y diversas. Puede entretener, divertir, enseñar pero también puede, y creo que tiene la obligación de denunciar y hacer crítica social con la intención de modificar actitudes y posturas insostenibles. Este es el caso de la violencia machista que ya es imposible de esconder y aún menos, de normalizar. En este momento en cartelera podemos encontrar títulos como “Aüc” de las Impuxibles, “Rebota, rebota y en tu cara explota” de Agnès Mateus y Quim Tarrida, teatro en la calle para sensibilizar y concienciar contra la violencia machista por la Companyia Centimets Teatre de Mallorca o “Macho man” de Àlex Rigola, el cual comenta en una entrevista que “Es urgente prevenir y educar para transformar la sociedad patriarcal y evitar la violencia de género”.
Este el tema de la obra “Només una vegada”, en la que la mujer, cargada con una culpa es capaz de perdonar una agresión puntual y dejarse convencer por un sincero arrepentimiento. Bajo la mirada distante pero acertada y directa de la psicóloga, los dos personajes (Anna Alarcón y Bernat Quintana) van evolucionando hacia el descubrimiento de una relación más íntima desvelando el poder que ejerce el hombre y la humillación y sumisión de la mujer.
La violencia tiene muchos matices y Buchaca nos ha querido mostrar la dificultad de descubrirla en medio de una relación aparentemente sólida, educada, tranquila y respetuosa. El peligro se halla en no saber identificar lo que empieza por ser una relación desigual.
Hay una historia secundaria que lleva a un giro final sorprendente en el que la violencia tan criticada es provocada para conseguir otro fin. El papel de la psicóloga, representado correctamente por Maria Pau Pigem puede que sea demasiado partidista, haciendo diagnósticos y dando consejos directos en lugar de permitir que los personajes y el público lleguen a la conclusión por sí mismos.
Anna Alarcón sabe interpretar magníficamente todos los matices de la relación y va evolucionando en cada escena a medida que va descubriendo aspectos que ella escondía voluntariamente.
De toda la extensa obra de Marta Buchaca recuerdo “Losers”, comedia representada hace 4 años. En ella utilizaba con elegancia e ironía situaciones como la soledad para despertar carcajadas y a la vez sentimientos de comprensión y ternura. Aquí también ha demostrado conocer la intimidad de los tres personajes y de una manera sutil pero valiente nos ha mostrado cómo puede ser de transversal y oculta la violencia machista. Gracias Marta.
Negando la violencia no se desenmascara
Només una vegada
04/02/2019