Sobre el papel, No apostis pels anglesos prometía una comedia divertida e instrascendente protagonizada por rostros conocidos. Nada que decir, una buena comedia que nos haga olvidar los problemas siempre es de agradecer. Desgraciadamente, No apostis pels anglesos no llega a cumplir su promesa. Esta historia de tres amigos enganchados a las apuestas por internet no acaba de despegar en ningún momento. El ritmo es lento y las interpretaciones planas. Un texto basado en la tensión (la trama gira entorno el resultado de un partido de fútbol que se está disputando) se convierte en aburrida cuando esta tensión no se manifiesta sobre el escenario.
Una auténtica lástima.