De vez en cuando da gusto encontrarse con una obra diferente, original y además bien interpretada. Casi 90 minutos de buen teatro que se hacen cortos. Paul Berrondo ha cosido un texto propio con uno de T. Williams, La noche de la Iguana, para crear dos espectáculos paralelos con personajes diferentes que tienen mucho en común. La fama, el alcohol, el amor… la vida. Perfecta para que Maria Ribera y Borja Espinosa se luzcan y lo hacen sin miramientos. Jordi Busquets pone música a las transiciones. La escenografía de Jose Novoa es la guinda del pastel. No se la pierdan. Todavía están a tiempo.
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