Esta obra aparece en un momento en el que las minorías hacen todos los esfuerzos posibles para que se reconozcan tanto su presencia como sus derechos. Los internos de las cárceles son el grupo minoritario más desconocido, desprestigiado, vulnerable y rechazado por nuestra sociedad.
El protagonista de la obra es Pedro Cànovas, voluntario penitenciario de Justícia i Pau y el director del taller de teatro de Quatre Camins desde hace 15 años. Empieza con la introducción de versos de algunos presos conocidos y encerrados injustamente durante años en la cárcel como Marcos Ana u Oscar Wilde. Los versos se proyectan en una pantalla y la voz profunda y emotiva de Cánovas nos recuerda de una manera viva, descarnada y cruel que detrás de grandes muros y rejas existe un mundo que también es el nuestro.
Los personajes de esta historia son los internos (ausentes en el escenario) que cumplen condenas en el Departament d’Atenció Especialitzada per la discapacitat intel·lectual i del desenvolupament (DAE–DID) del Centro Penitenciario de Quatre Camins, es decir las personas con discapacidades diversas sometidas al sistema penitenciario catalán.
Ayudado en la dirección por Pep Molina y estimulado por el Pare Manel, Cánovas en un monólogo cautivador explica sus experiencias en el DAE-DID y el trabajo que realiza con los internos, las dificultades que encuentra para hacer expresar sus sentimientos a personas que no saben y que no lo han podido hacer nunca. Y lo prueba con todos los recursos que tiene a su alcance o los que se inventa. Es un facilitador de la comunicación. Les invita a hablar de sus experiencias agradables, de sueños, de lo que le dirían a una persona que ocupa una silla vacía, de lo que se dirían a sí mismos ante de un espejo.
Cánovas es un actor tardío que se dedicó al teatro tras la jubilación y se ha dedicado a esto con una finalidad muy clara: Ayudar a las persones encarceladas. Aprovecha además para hacer crítica del sistema penitenciario y a los aspectos más injustos de la justicia.
Tuve la ocasión de asistir a la presentación de este trabajo a las familias durante la fiesta de Navidad del 2016 en el DAE de Quatre Camins. Doy fe de todo lo que hemos visto hoy. La sacudida emocional que recibí entonces se ha visto reforzada con esta representación. El público se ha quedado en silencio después de los aplausos y ha tardado un buen rato en levantarse de las sillas.
Es absolutamente necesario que este trabajo salga de un espacio tan pequeño y tenga una proyección de más largo alcance. Lo necesitan ellos y todos nosotros.