Un monólogo con muchos tipos de humores ocultos, pero con un mensaje muy real, e incluso frío. Frío en el sentido de que, tal vez, no nos es del todo agradable recibirlo, pero el humor nos ayuda a afrontarlo y a salir con más fuerza de la que habías entrado al teatro.
Felicitar a Ángela Palacios por su monólogo, por su capacidad de creación, por su interpretación. Pero también darle las gracias por llevar al mundo esta pieza.
Pocas palabras me quedan porque se vive una experiencia difícil de describir. Os juro que te cambia, sí, os cambia algo de dentro de vosotras.