¡Al cielo con ella!

María Milagros

María Milagros
22/03/2022

Un paso de procesión de Semana Santa en forma de cocina…o al revés. Bajo palio, María Milagros, porque así lo quiso su madre, Miluka porque así lo quiere ella, prepara un bizcocho mientras la vida pasa, qué pena. Pasan los sinsabores, algunos sueños, la inocencia, las parejas, pero queda el amor, porque el AMOR lo es todo. Y no penséis que es una cursilada, en absoluto. Es durísima, mucho, tanto como tierna.
Esta Virgen reina de su cocina en Carabanchel con hijos, pareja, expareja, perro y madre a demasiados kilómetros, con una energía hasta apabullante, es muchas mujeres que se hicieron invisibles tras ser madres. Porque “María Milagros” habla de la postmaternidad y de la identidad, pero no solo de eso. Habla de seres humanos. Nos invita a parar un momento y recordar, interiorizar que el amor es la respuesta, el amor entendido como hilo vital con mil matices, que a veces duele, y que nos incluya a nosotros mismos. Mientras cocina van apareciendo con tonos muy humorísticos algunas, trágicas otras, mujeres que fueron golpeadas, física o socialmente, desde la custodiada Britney Spears a la mártir Ana Orantes.
Al tiempo, fragmentos difícilmente superables, los que me llegaron y tocaron el alma, de mujeres más cercanas a ella, su madre, su abuela y al fin, ella en un final hermoso.

Lo mejor: una interpretación total de las que hay que agradecer, por la valentía de exponerse y exponernos, agotadora y auténtica.
Lo menos mejor: algunas apariciones de mujeres se me hicieron un pelín largas. Quizás es que conecté más con la Miluka más cercana , más íntima.

En resumen: Esta propuesta escénica experimental dirigida por Carlos Martín-Peñasco y protagonizada por Miluka Suriñach, impacta. Puede que en medio de la representación o al salir, te golpea pero te da la cura a esa herida. Y también te ha hecho reír. Hay nostalgia, esperanza, emociones, terapia, llantos y risas, ternura y amor, catarsis. Obra tan cercana que te invade, que te agota como debe agotar a Miluka Suriñach pero te da fuerzas.

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