Súmale un casting elegido de manera sobresaliente, sobre todo con las tres actrices en los papeles de Donna (Verónica Ronda), Tanya (Mariola Peña) y Rosie (Ylenia Baglietto en la función a la que fui), una escenografía muy cuidada, sencilla pero que cumple perfectamente con lo que se requiere y una coreografía que va ganando revoluciones a medida que avanza la obra y el resultado es una tarde de teatro entretenidísima y un subidón de energía positiva que dura varios días. No me extraña que el musical lleve tantos años funcionando.
Es un plan perfecto para ir con amigas y amigos, con la familia o con cualquier persona a la que le apetezca pasar una tarde divertida. Y si te echa para atrás que las letras sean en español, espérate al final (guiño, guiño).
