Debo confesar que soy un fan absoluto de la magia teatralizada y esto es lo que me esperaba a raíz de la sinopsis del espectáculo.
El espectáculo me sorprendió muy positivamente. Es un espectáculo poco convencional, que avanza desde la magia teatralizada hacia el teatro con efectos mágicos. Esto lo convierte en un espectáculo diferente a pesar que, debo admitirlo, a mí me sorprendió positivamente, aunque tal vez pueda desengañar a quien busque un espectáculo de magia convencional.
La historia que nos presenta el Mago Pota es la degradación de la personalidad por culpa del éxito, algo que desafortunadamente vivimos demasiado a menudo en diversos ámbitos de nuestro entorno. La constante contraposición de dos personajes, «Fican» y el «Mago Pota» es muy acertada y bien llevada por el artista, resultando una defensa muy bien guionada de la necesidad de ser uno mismo. Creo que saca poco provecho, sin embargo, de las posibilidades mágicas del cambio de vestido entre personajes.
A medida que el espectáculo avanza, la magia pasa a un segundo plano. De hecho, los efectos mágicos que nos encontramos son relativamente sencillos técnicamente pero a menudo bastante efectistas. Sorprende, y esta vez no tengo tan claro si positivamente, que el error del mago y que los efectos no salgan bien, sea parte del espectáculo. A los que hemos actuado y actuamos en público, nos hace recordar nuestras peores pesadillas … Por otra parte, hay que decir que a pesar de la simplicidad técnica de la mayoría de los efectos, su ejecución, tal vez por los nervios del estreno, fue poco afortunada en algunos casos con algunos detalles poco cuidados. Bien resueltas las situaciones complicadas que siempre pasan, como la de dos espectadores poco hábiles con las cuerdas.
En definitiva, un muy buen monólogo teatral aderezado con efectos mágicos como parte de la propio relato.