Un reencuentro falto de magia

L'última trobada

L’última trobada
05/11/2014

Esta adaptación teatral de la novela homónima de Sándor Márai, hecha por Christopher Hampton, es fiel a la obra original, los diálogos son muy similares, pero lo que no se ha logrado trasladar del papel al escenario es la atmósfera finisecular que la obra de Márai respira. Los parlamentos y las formas de los dos personajes son perfectamente exactos y adecuados para que nos podamos adentrar en la Viena anterior a la primera guerra mundial, pero en conjunto, la obra queda un poco fría.

Cabe destacar el retorno de Rosa Novell, como ya se ha dicho sobradamente, después de haber superado una grave enfermedad y haber perdido la visión. Ella, con su voz encantadora y su carácter, nos sedujo en su papel de la criada que cuida de su señor y que se erige en estandarte de la alta cultura cuando describe la Polonesa-Fantasía de Chopin. Pero el gran protagonista es Abel Folk, el aristócrata distante, conservador y elitista que siente la necesidad de tener una conversación pendiente con un viejo amigo para que este le reconozca la verdad de lo que pasó cuarenta y dos años atrás. Folk, espléndido, está muy bien envejecido para encarnar a Henryk y Jordi Brau hace un Konrad un poco plano, pero bastante convincente.

Los actores son muy buenos, el texto es espléndido, pero la versión teatral de esta novela no es lograda completamente. Quizás falta mobiliario, o quizás debería haberse representado en un escenario más reducido. En definitiva, la adaptación teatral es buena porque la novela de Márai es buena, pero sin ningún mérito adicional. Sin embargo, hay que reconocer que el texto lo supera todo porque es denso, elegante, nostálgico, cadencioso y encantador.

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