Largas reflexiones contenidas en el tiempo

L'última trobada

L’última trobada
29/10/2014

Esta obra supone el regreso a los escenarios de la actriz Rosa Novell después de haber superado una grave enfermedad que le ha dejó sin visión. Como siempre, es un placer verla actuar, pero además, en esta ocasión, nos ofrece una lección de coraje y superación personal digno de admirar.

Por otro lado, podríamos decir que nos encontramos ante una obra que no es fácil de presenciar para el espectador. Largas reflexiones alrededor del auténtico significado de la amistad, de la fidelidad e incluso de la cultura, entre otros conceptos, se hacen difíciles de digerir mientras se está sentado en el sillón, aunque no dejan de resultarnos estimulantes. De hecho, el director lo sabe y, en numerosas ocasiones, parece como si se disculpara por ello, diciéndolo en boca de los actores a lo largo de la función. Quizás, el problema está en la adaptación teatral de Christopher Hampton de la novela de Sándor Márai, ya que no es fácil trasladar a escena largas reflexiones sin que parezca que estas son largos monólogos.

La interesante puesta en escena ayuda a romper la monotonía de estas largas intervenciones y nos ofrece la posibilidad de presenciar el proceso de preparación y de realización de una obra, desnudando así el montaje y aligerado un poco. Sin embargo, la fusión entre puesta en escena y el propio texto, en ocasiones, resulta algo desconcertante, pero se agradece y, como mínimo, resulta curiosa. Por último, cabe destacar las interpretaciones de los tres actores, las cuales resultan en todo momento convincentes y acertadas, al igual que también lo es el sugerente y funcional diseño de iluminación, que acaba por convertirse casi en un cuarto personaje de la función.

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