De hippies a conservadores pero con amor

Love, love, love

Love, love, love
06/11/2023 - La Villarroel

Love, Love, Love es un texto de Mike Bartlett (1980), reconocido autor de obras de teatro, películas y TV. Esta obra fue estrenada en Londres en 2010 y fue galardonada con el Premio Nacional de Teatro del Reino Unido. Traducida al catalán por Cristina Genebat y dirigida por Julio Manrique, se estrena ahora en Catalunya.

La historia se sitúa en 1967, en la década de los movimientos juveniles hippies que proclamaban sentimientos de libertad y la ilusión por un cambio de mundo. Se extendió por todas partes que el amor cambiaría todo (All you need is Love). En Reino Unido esta época fue seguida del conservadurismo dirigido por Margaret Thatcher. Es la historia de una familia occidental que podría ser atemporal, con tres épocas bien definidas de juventud, madurez y jubilación a lo largo de las cuales las ilusiones de la juventud se van convirtiendo en desengaños, decepciones y una amarga pero disimulada sensación de fracaso.

Las tres épocas están separadas por tres escenografías (Sebastià Brosa) que se modifican ágilmente distrayendo la atención del público con proyecciones de imágenes de archivo sobre las dos pantallas que separan las dos gradas. Está muy bien logrado el cambio de época, de actitud y de vestuario todo acompañado de una banda sonora que lleva al momento actual la Generación X, de Stone Roses a Pulp y un guiño dedicado a Amy Winehouse.

David Selvas y Laia Marull bordan sus personajes con la dificultad añadida de interpretar papeles en tres épocas diferentes. Marc Bosch también tiene el difícil papel de interpretar a dos personajes completamente distintos. Si bien Laia Marull despliega de forma espectacular todas sus dotes interpretativas y no deja de sorprendernos en cada escena, David Selvas resulta poco convincente y creíble en la época hippy. Quizá hubiera sido más adecuado Marc Bosch en el papel de hermano pequeño y Selvas el de hermano mayor en esta primera escena. Clara de Ramon con una gran fuerza interpretativa nos transmite perfectamente la soledad y la desesperanza.

Es una comedia de un humor inglés, ácido, a veces corrosivo y que deja un sabor amargo y desilusionante.

Es un espectáculo encantador que sabe transmitir el espíritu de una época, atrapando al espectador. Nos ha trasladado a un viaje emocional al que acompaña de forma oportuna y adecuada una música que el público conoce bien.

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