Un maratón de carcajadas

Los Morancos, en positivo 2

07/02/2014

¿Dónde está Cheetah? ¿Que no sabes dónde está Cheetah? Pues mira, Cheetah ya se marchó de la selva. Se ha operado los labios y ahora es presidenta del PP catalán.

Los Morancos están de visita en Barcelona. Se alojan en el Teatro Apolo. Un lujo -es la opinión de este humilde espectador. Dos personas, un escenario prácticamente vacío y más de dos horas de risas y carcajadas.

Este espectáculo (y esta pareja de humoristas) tienen muchos méritos. Pero hay uno de irrefutable: consiguen que cada réplica -cada réplica de un espectáculo de más de dos horas son muchas réplicas- tenga como respuesta una enorme y descontrolada carcajada del público. Desde el primer segundo. El primer gag que suelta César nada más salir al escenario, la primera frase, ya consigue que toda la platea estalle a reír. Y así, se suceden los gags, a lo largo de un guion extenso y frenético donde tienen cabida el rey, la reina, las infantas, Undargarín, Rajoy, Mas, Rubalcaba y la Merkel… y dónde también aparece la Loli, la vecina del piso de arriba, o el perro pequinés del noveno piso. Hablan en castellano, catalán, en su inglés, su chino e, incluso, en botswano y zulú.

Cualquier pequeño detalle de la realidad cotidiana es transformado por estos maestros del humor en el punto de partida de una escena alocada que les permitirá deambular por escenarios inverosímiles lleno de personajes histriónicos que, no obstante, comprendemos y sentimos tan cercanos cómo si fueran de nuestra propia familia. De hecho, como si fuéramos nosotros mismos. Y nos partimos de risa con ellos. Porque ellos somos nosotros. Y nos reconocemos en su patetismo y en sus miserias. Y esto es humor del bueno.

El momento álgido de la noche es la aparición estelar de la Omaíta y Antònia, los personajes que los han hecho célebres y que nacen de la acumulación de virtudes y defectos de la clase mediana española. Entrañables y cínicos. Inocentes, terriblemente inteligentes y mordaces.

Muy grandes, los hermanos Cadaval. Esencia andaluza concentrada, destilada y conservada en barricas del mejor roble sevillano: cada año que pasa (y ya van 30 desde que debutaron a televisión en el 1,2,3…), cada vez se os ve mejor.

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